Una comedia inteligente arrebatadora y sincera sobre encontrar sexo, amor y romance en medio de la locura.
La comedia romántica es casi tan antigua como el propio cine e incluye desde clásicos de época como It Happened One Night de 1934 y His Girl Friday de 1940, hasta las más modernas como When Harry Met Sally, Annie Hall y Moonstruck. Pero en casi un siglo de la cinematografía y por todos esos cientos de historias del cine, ningún estudio cinematográfico grande había estrenado una comedia romántica sobre dos hombres homosexuales. Billy Eichner pensó que eso nunca sucedería, ni siquiera cuando el director Nicholas Stoller se puso en contacto con él en otoño de 2017 para hablar sobre la posibilidad de coescribir y protagonizar una de ellas. “Nunca creí ni por un segundo que un estudio grande lo haría”, afirma Billy Eichner. “Se lo dije a Nick, y él seguía diciéndome: ‘Creo que lo harán’. Yo le contesté: ‘Te lo aseguro, mira que llevo mucho tiempo en esto y no lo van a hacer’. Hacía 20 años que venía escuchando que yo era ‘demasiado gay’ para cambiar ese discurso. Pero Nick tenía razón”.
Stoller se había convertido en uno de los directores de comedia más exitosos de su generación, con una serie de éxitos que incluyen las películas de la franquicia de Neighbors y Forgetting Sarah Marshall, así como la exitosa serie de Netflix Friends from College, donde conoció a Eichner. “Billy es una de las pocas personas que conozco en la industria que ha llegado hasta donde está con su propio esfuerzo”, señala Stoller. “Todo el mundo tiene mentores, y el suyo fue YouTube. Subió su material al canal de YouTube Funny or Die, y se hizo popular. Él no tenía a nadie. Realmente alcanzó sus logros por sí mismo, y conseguirlos mientras durante mucho tiempo toda la industria le decía que no iba a lograrlo debido a su orientación sexual, requiere mucha fuerza interior. Sabía que Billy era divertido, pero había una escena en la primera temporada de Friends From College que era muy emotiva, y él demostró ser tan buen actor. Y después, cuando exhibimos el primer episodio en una sala de cine, cada vez que él salía en la pantalla, la arrasaba. Y yo pensaba: ‘Vaya, él es una estrella de cine’. Quería trabajar en una comedia romántica sobre dos hombres gay, pero no podía escribirla solo. No soy gay, así que el guion no sería sincero. Le envié un correo electrónico y le pregunté: ‘¿Te gustaría hacer esto?’”.
Eichner aceptó y los dos se lanzaron a trabajar en una colaboración que resultó reveladora para ambos. “Yo nunca había escrito una película y Nick no sabía mucho sobre la cultura gay aparte de lo que dicen los medios de comunicación”, expresa Eichner. “Así que lo instruí sobre la cultura gay y él me enseñó cómo estructurar un guion para un gran estudio”. La asociación fue una especie de matrimonio divertido, único y sorprendente entre coautores. Éramos muy compañeros en todo. Y eso comenzó lo que se convirtió en un proceso de cinco años”.
Judd Apatow era el productor ideal para la que terminaría siendo la película Bros. A lo largo de su legendaria carrera, Apatow ha llevado a una serie de jóvenes promesas de la comedia a su primera gran actuación en la pantalla grande como Steve Carell, Seth Rogen, Jonah Hill, Jason Segel, Kristen Wiig, Amy Schumer, Kumail Nanjiani y Pete Davidson. Bros tenía el potencial de hacer lo mismo por Eichner. “Soy un gran admirador de Billy Eichner”, dice Apatow. “Nick Stoller y yo trabajamos juntos en las películas The Five-Year Engagement, Undeclared y Forgetting Sarah Marshall. Escribimos Fun With Dick and Jane, así que nos gusta trabajar juntos. Realmente sentíamos que este era el tipo de película que nunca se hace: una comedia romántica gay de un estudio grande, con un presupuesto alto. Siempre nos pareció ridículo que no hubiera cientos de ellas. Entonces, todos estábamos muy emocionados de tratar de hacer que eso sucediera”.
Aunque todos los involucrados sabían que la película marcaría un hito en la representación de la comunidad LGBTQ+, el objetivo principal era hacer la comedia más divertida y sincera posible. “Generalmente, cuando trabajo en la creatividad, solo trato de pensar en quién tiene talento, quién es divertido y quién tiene historias que contar”, expresa Apatow. “A veces, si piensas en el aspecto político de la creación de proyectos, puedes llegar a un punto en el que pierdes de vista la imaginación y la diversión. Pero la verdad es que nuestro negocio ha descuidado la representación de tantos tipos diferentes de personas. No me gusta ponerme a pensar que Bros va a solucionar eso; solo que me encantaría ver este tipo de película, porque no existe. Tenemos la suerte de haber podido armar algo como esto, que es tan significativo para tanta gente. Pero lo más importante es que es divertido”.
Eichner supo desde el principio que quería hacer una película sobre la vida moderna y urbana de los hombres homosexuales que se sintiera adulta, auténtica y cercana. “Quería una película que mostrara de forma muy divertida, pero realista, lo que sucede cuando dos hombres gay adultos que se enorgullecen de no necesitar una relación, se enamoran por primera vez”, señala Eichner. “Los hombres en general, y especialmente los hombres homosexuales, se enorgullecen de ser fuertes y autosuficientes. Y en lo que respecta al mundo LGBTQ+, en apariencia todos hemos tenido que mostrarnos muy fuertes. Queremos ser rudos y no necesitar a nadie. Entonces, ¿qué pasa cuando dos hombres así se enamoran el uno del otro?”.
La génesis de la narrativa de la película surgió de un sketch que Eichner presentó en su serie Billy on the Street hace años llamado “The Bro Lightning Round”, con Jason Sudeikis. “Fue una de las pocas veces donde representé a otra persona en Billy on the Street”, dice Eichner. “Me convertí en un bro y usé pantalones caqui, una camiseta deportiva y una gorra de béisbol puesta al revés; me acercaba a la gente haciendo la voz de un bro, y cambié por completo mi comportamiento. Esto se convirtió en algo viral y la gente escribió todos estos artículos de opinión sobre cómo eso era una crítica a la masculinidad. En la vida real, un buen amigo mío —un amigo gay— me vio en el sketch y me dijo: ‘Vaya, estás muy sexy en ese sketch’. Él ha sido un buen amigo mío durante 20 años que nunca jamás ha insinuado ningún tipo de atracción hacia mí. Literalmente, me dijo —sin ironía ni sarcasmo: ‘Deberías vestirte así, porque te ves muy sexy de ese modo’. Así que le contesté: ‘¿Sabes lo que estás diciendo en este momento? Entonces ¿crees que debería alterar por completo mi voz, mi cuerpo y todo lo que me rodea para parecer sexy?’. Creo que pensó que me estaba haciendo un cumplido. Yo pensé: hay algo en esto, porque es divertido, y también es algo confuso. Y eso inspiró toda la película”.
Entre los muchos aspectos de la cultura gay que la película satiriza afectuosamente —las absurdas manías de hacer ejercicio, los ligues en Grindr, los tríos, la política intraqueer— Bros arroja su luz más brillante e inquebrantable sobre aquellos elementos de la cultura masculina gay que elevan, emulan y erotizan la masculinidad estereotipada. “Esta película trata de la masculinidad y de la incapacidad de los hombres —particularmente en la comunidad gay— de ser vulnerables y de sentirse cómodos en su propia piel”, afirma Stoller. “Creo que son asuntos con los que cualquier hombre se ha enfrentado de alguna manera, pero es específicamente de la comunidad gay. Y esa es específicamente la historia de Billy”.
De hecho, la primera escena que Eichner pensó para la película es una en la que a su personaje, Bobby, lo acaban de dejar y entonces decide ponerse en plena forma. “Bobby se siente muy inseguro sobre su apariencia, su cuerpo y su masculinidad”, dice Eichner. “Un día está en el gimnasio haciendo ejercicio y ve a un tipo al otro lado del gimnasio que le parece atractivo; se miran el uno al otro y Bobby se acerca al tipo para coquetear con él. Pero mientras lo hace, toma una decisión de último momento y cambia su forma de caminar. Da la vuelta a su gorra de béisbol para parecer más un bro y hace que su voz sea mucho más grave de lo que es normalmente. Y cambia su personalidad para parecer más atractivo”.
Este es un problema constante entre los hombres homosexuales que alcanzaron la mayoría de edad en las décadas de los noventa y 2000, explica Eichner. “Mis amigos y yo tuvimos conflictos por ser homosexuales”, relata Eichner. “Estoy seguro de que algunas personas los tuvieron. A mí nunca me pasó eso. Pero cuando llegó el conflicto, fue así: ‘Bueno, soy gay, y eso es genial. Pero sigo queriendo ser un hombre’. El conflicto fue entre lo masculino frente a lo femenino, o lo masculino versus lo extravagante. Era así: ‘Soy gay, pero todavía quiero ser un bro’. Ya no me siento así, pero ciertamente lo hice. Y es algo que estaba arraigado en los hombres homosexuales de mi generación”.
De hecho es un factor tan dominante, que el propio Eichner no siempre se da cuenta cuando está entrando en modo bro, incluso hoy en día. “Todos mis agentes son hombres heterosexuales; mis abogados y mi mánager también lo son, y todos son encantadores y maravillosos”, señala Eichner. “Durante mucho tiempo tuve una asistente que fue coproductora de Bros, que me dijo: ‘Siempre que te llaman por teléfono, tu voz baja dos octavas’ (se vuelve más grave). Y yo ni siquiera me daba cuenta. Es un gran indicador de todos los cambios de código que hemos hecho a lo largo de los años. Es una parte de nuestras vidas en la que tenemos que jugar constantemente a ese juego de ‘¿Cómo debo comportarme frente a esta persona heterosexual para no alejarla?’”.
Sin embargo, en última instancia, la película trata de los impresionantes desafíos de encontrar a alguien que no te vuele loco y después encontrar el valor para permitirte amarlo. “Esta es la historia de dos hombres que se enamoran el uno del otro, pero que, al mismo tiempo, por diferentes razones ambos se sienten intimidados y se asustan un poco el uno del otro”, afirma Eichner.
La historia es específica y auténtica para los hombres gay, pero las emociones son universales. “No nos propusimos hacer una película de nicho que sea solo para una comunidad específica”, explica el productor Josh Church. “Queremos que la película se dirija a la comunidad LGBTQ+, pero su impacto se verá ampliado porque va a llegar a un audiencia que solo va a ver una comedia romántica y verá historias que no ha visto antes. Van a ver a actores y actrices que no han visto antes. Van a escuchar chistes que nunca han visto contados de esa manera. Y con suerte, todo el mundo saldrá de la función habiéndose dado cuenta de que las historias son historias, y de que deberíamos buscarlas en cada parte de la sociedad, de cada persona y de cada grupo”.
Stoller y Apatow contaban con una excelente audiencia de prueba para saber cómo le parecería la película a personas ajenas a la comunidad LGBTQ+: ellos mismos. “Todo el mundo se identifica con el deseo de ser feliz, de sentirse conectado, de estar enamorado, de sentirse apoyado, comprendido y respetado”, dice Apatow. “Así que realmente no hay nada en una película como esta que no sea completamente identificable y universal. Es decir, todo el mundo tiene este tipo de experiencia”. Y a Stoller le entusiasmaba invitar a la audiencia heterosexual a la experiencia homosexual masculina. “Mi objetivo era hacer el episodio más loco de Frontline de todos los tiempos”, observa Stoller. “Te estás riendo y entonces piensas: ‘Eso fue interesante. Quiero hablar de eso más tarde con mi cónyuge o con un amigo’. Pero en este momento me estoy riendo y ni siquiera sé que estoy asimilando información”.
Encontrar ese equilibrio auténtico pero accesible no siempre fue fácil, pero valió la pena. “Quieres presentar una versión muy despiadada de la vida gay que habitualmente no se ve, ni siquiera en las comedias que tienen personajes homosexuales”, dice Eichner. “Al mismo tiempo, quieres que los heterosexuales vean la película y la amen y no se sientan perturbados por ella. Como esta cinta es la primera de su clase en muchos aspectos, no hay muchos modelos a seguir. Mirábamos hacia atrás y decíamos: ‘Bueno, ¿qué hicieron en las otras películas?’. Y yo decía: ‘No hay otras películas como esta’”.
Comments