El cineasta canadiense David Cronenberg es mejor conocido por su trabajo en el género de terror, en particular por su gusto por el gore, que resultó en filmes de culto que siguen siendo favoritos. Sin embargo, encasillarlo como director de terror sería injusto para alguien que siempre ha abordado constantemente nuevos temas y adoptando nuevas técnicas. En su filmografía se suman thrillers psicológicos, películas de gánsteres, ciencia ficción, e incluso una película de deportes. Dentro cada una se encuentran profundas reflexiones sobre la identidad, la familia, la violencia y la sexualidad. Estas son algunas de las más reconocidas por el público y la critica.
The Dead Zone (1983)
Esta es la unión de dos genios, Cronenberg y King. Después de despertar de un coma de cinco años, Johnny (Christopher Walken) descubre que la vida que conocía ha quedado atrás. Mientras se reajusta, aprende que ahora tiene la capacidad de ver el futuro de las personas con las que interactúa con tan sólo tocarlos, esto resulta en una carga que le trae traumas y atención no deseada. El elemento de ciencia ficción de esta adaptación de Stephen King le da intriga a la película, pero la tristeza que transmite Walken, acompañada de la inquietante partitura de Michael Kamen, crea una tragedia de proporciones shakesperianas. Recientemente volvió a estar en boca de todos debido a un personaje que se asemeja al ex presidente de los Estados Unidos.
La mosca (1986)
La imagen de la transformación del cuerpo repulsivamente deformado de Seth Brundle (Jeff Goldblum) le valió a esta película un Oscar al mejor maquillaje, pero no es que sea la parte más interesante de la película. Al igual que The Dead Zone, estaes una tragedia en la que una vida y una relación se deterioran a manos de un experimento científico desafortunado. La desaparición de Brundle se desarrolla como una enfermedad fatal, destruyéndolo lentamente, dejándolo reflexionando introspectivamente sobre su propia existencia.
Naked Lunch (1991)
Esta adaptación de la novela histórica de William S. Burroughs es sin duda un extraordinario homenaje a la vida y obra del escritor. Al principio, parece ser un thriller de espías surrealista sobre adictos, pero luego se transforma en una visión profunda del poder de la literatura y los autores. Es una película espeluznante, oscuramente cómica y, a menudo, grotesca, mezclada con metáforas e imágenes que es poco probable que se aclaren incluso después de múltiples visualizaciones.
The Brood (1979)
Tras lo entregado con Shivers (1975) y Rabid (1977), Cronenberg presentó algo diferente con este filme. Es una historia de misterio sobre una serie de horribles asesinatos que están vinculados a una familia cuya madre está sometida a una forma experimental de psicoterapia. Esta película es mejor recordada por su sangrienta conclusión, pero también se debe rendir homenaje a sus actuaciones secundarias por parte de Oliver Reed como el siniestro Dr. Hal Raglan, y Samantha Eggar como Nola Carveth.
Videodrome (1983)
Hay mucho más en Videodrome que la mano mutante de James Woods y las seductoras televisiones antropomórficas. Esta fue la reacción de Cronenberg a la paranoida de la entonces nueva tecnología del video de principios de los 80, una exploración de lo que podría ocurrir si los espectadores reprodujeran las descripciones extremas de sexo y violencia disponibles para ellos en videocasete. El ejecutivo de televisión convertido en detective Max Renn (Woods) es un buen protagonista, pero la peligrosa filosofía de Videodrome es la verdadera estrella aquí, ya que continuamente hace preguntas provocativas sobre la relación de la sociedad con el entretenimiento y la tecnología. Cuenta además con una inolvidable participación de Debbie Harry.
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