Pobres porque quieren de Máximo E. Jaramillo es un llamado a derrumbar esta narrativa que ha hecho que las personas se creen una visión individualista del mundo, olvidando que los logros de cada quien son resultados colectivos y de su contexto.
En Pobres porque quieren Máximo E. Jaramillo Molina —doctor en Sociología y creador del proyecto Gatitos contra la Desigualdad— detalla cómo la narrativa meritocrática resulta funcional para legitimar la extrema acumulación a la par de la pobreza extrema. A lo largo de siete capítulos el autor busca desmontar los distintos mitos —«los pobres son pobres porque quieren», «con esfuerzo y talento cualquiera puede volverse millonario», «el patriarcado y el racismo no existen, se trata de clasismo», «la educación te sacará de pobre», «los jóvenes prefieren no tener viviendas», «los programas sociales hacen dependientes del gobierno a sus beneficiarios»— que sostienen la narrativa meritocrática en sociedades con desigualdad extrema y creciente, como la mexicana. Platicamos con el autor en el marco de FIL Guadalajara.
¿Cómo decides dar el paso de dar vida a esta publicación?
Creo que un antecedente no tan reciente pero que puedo poner respecto al libro es justo el proyecto en redes sociales que se llama Gatitos contra la desigualdad donde buscamos promover, divulgar información sobre la desigualdad, sobre la realidad de las brechas, las reales causas de la pobreza, la riqueza, con lenguaje sencillo e incluso con memes de gatitos. Busca desmontar ciertos mitos que están relacionados con el tema de la desigualdad y de esa manera se pueda exigir políticas y cambios; una vez que dejó de ser legítimo por ejemplo la aristocracia o que se dejó de creer en el derecho divino a las monarquías eso hizo que cambiaran los sistemas sociales y económicos en los que vivían. Al final este libro tiene el mismo objetivo, esa misma búsqueda, hacerlo desde un lenguaje sencillo que eso también es importante, por más que tiene muchas referencias académicas, muchas evidencias científicas, la idea es que sea una lectura muy fácil porque el chiste es justo no llegar solo a círculos académicos sino a la población en general.
¿Hubo alguno de esos mitos que te llamara más la atención?
Creo que iría con dos en específico, por ejemplificar, uno es todo este tema de la vivienda que se está debatiendo mucho ahora, yo llamo a ese capítulo como "Los jóvenes prefieren no tener vivienda" y hay muchos artículos, en medios de comunicación de distintos lugares que dicen justo que en realidad los jóvenes no les interesa tener una vivienda, que prefieren gastar en conciertos, en viajes, el café y en realidad lo que pasa es que hay un empeoramiento de la situación, en cómo el salario y los precios de la vivienda están dispares, los precios de la vivienda han aumentado a precios muy altos y también el tema del salario respecto hace 15 años se ha deteriorado.
Justo ese es un mito que me parece muy común sobre todo porque nos lleva esta idea de que el tema de la vivienda se debe resolver desde el punto de vista individual y hay que hacer más, hay que trabajar más para poder acceder a ella, y justo se pierden de vista todas estas cuestiones estructurales, que eso me lleva al siguiente capítulo que quisiera hablar, el otro mito que es justo el que le da nombre al libro que es "Pobres porque quieren" y eso lo hemos oído en todos lados y lo que digo es que justamente este es un país desigual. Si la riqueza que se produce en México o los ingresos que hay en México se repartirán de una forma igualitaria no habría pobreza, hay el ingreso y la riqueza suficiente para que nadie sea pobre, el tema es cómo se reparte. Justo hay que ver los factores estructurales que están detrás de eso, por ejemplo el tema de la explotación laboral, el tema de cómo se reparten los frutos del trabajo, sin entrar a temas de impuestos, de programas sociales, hablando solamente sobre el tema del trabajo que para mí es un tema de vínculos, estas brechas que vemos, la desigualdad, son vínculos a final de cuentas y que si hay millones en pobreza es porque hay pocos que acumulan millones, si hay pobreza es que no es porque hay riqueza extrema hay desigualdad.
¿Qué tan complicado es romper con la indiferencia y pasividad sobre estos temas?
Es justo difícil, yo creo porque son mitos y concepciones muy arraigadas en la población incluso es paradójico que en México, donde es un país muy desigual, se cree más en la meritocracia que en países más igualitarios y hay distintas teorías, hipótesis que tratan de explicar esto, y es algo que es muy visual, muy creído y que en gran medida se relaciona con estos mitos, con estos sesgos de la desigualdad en México. Siete de cada 10 personas se creen de clase media aunque de ahí la mitad, de acuerdo a ciertas metodologías, en realidad viven en pobreza. Entonces ese tema del sesgo, de no poder identificar q qué estrato social pertenezco y por lo mismo no puedo identificar cómo se relaciona la desigualdad conmigo.
Me parece que es parte de las razones por la que ha sido difícil derrumbar estos mitos durante estos años, pero la esperanza viene ahí, durante los últimos 10 años se habla mucho más de desigualdad, hay muchos libros que hablan de eso, hay más gente que habla del tema de los mitos, de las narrativas que están detrás y me parece que eso es muy bueno, siempre y cuando también se haga desde la perspectiva radical y no una perspectiva conciliadora, donde se vea que sí, el tema es que hay mucha desigualdad y que la meritocracia no existe, pero que quisiéramos que existiera esa perspectiva liberal, que más bien deberíamos tratar de ir a un lugar donde no queremos que exista meritocracia, no queremos competencia para ver quién le va mejor con las oportunidades que hay, sino que queremos una mayor igualdad en los resultados entre las personas. Creo que desde el punto de que se abone a esa perspectiva radical, como crítica a esta idea de esta idea de la meritocracia.
¿Crees que la gente está acostumbrada a no cuestionar y mucho menos esos mitos?
Sí, diría que es un tema también difícil porque es contraproner experiencias propias, personales, o que nos han contado, que a lo mejor no son personales pero siempre hay el tío que le fue muy bien, que viene del rancho en pobreza y que supo echarle ganas y que subió a la riqueza, o a lo mejor no es mi tío abuelo pero es el tío abuelo de un amigo. Siempre hay esas historias que nos parecen cercanas y que en ese sentido se refuerzan justo con los medios de comunicación, el tema de las redes sociales, que ha movido mucho este tema aspiracionista, entonces tiene mucho que ver pero en contraponer esto frente a estadísticas tal cual, que parecen más lejanas, que parecen más frías, que al mismo tiempo no te apelan tanta cercanía. c
Creo que justo hace que muchas veces termine ganando el tema de las anécdotas de los que han logrado ese éxito, creo que definitivamente pone obstáculos para tratar de desmontar esos mitos pero también eso tiene mucho que ver justo con esta segregación que hay en las ciudades, esta paradoja de la desigualdad ya que las ciudades están segregadas, donde no conocemos de cerca a nadie en riqueza cuando vivimos en pobreza, y de cerca me refiero a amigos, no solamente que es mi trabajadora del hogar o que es mi jefe, no, sino relaciones igualitarias. En ese sentido la medida que hay esa poca conexión entre distintos estratos es que vienen los post de las redes sociales, a veces de los medios de comunicación, a veces de las telenovelas ahora que son menos usuales, también de las series de Netflix hay múltiples productos, eso hace que sea más difícil poder desmontar esas narrativas.
¿Cómo fue el proceso de darle forma al libro y utilizar el lenguaje correcto?
Creo que ha sido más natural de lo que parece y con eso me refiero a que menos intencionado de lo que podría decir o podría contar, a final de cuentas algo que sí me he dado cuenta es que además de escribir este libro no se levantan esas barreras del lenguaje y se habla con una jerga o con ciertos conceptos que son difíciles para una persona común y también para las personas de la academia, eso hay que decirlo. Hay que hablar de una manera que sea entendible para la mayoría de las personas, tanto lo que se haga en la academia como lo que se haga en temas de divulgación.
¿Qué has aprendido de la experiencia con Gatitos contra la desigualdad?
Me ha sido muy interesante y he intentado seguir haciéndolo en lo posible, mientras que el tiempo lo permite, leer las respuestas tanto las que están a favor así como las respuestas en contra, que muchas veces genera muchas en contra. Porque a veces es normal que si estás de acuerdo solo compartes el post pero si estás en contra te pones a poner un párrafo, varios párrafos de respuesta, argumentando por qué no estás a favor. Creo que algo muy interesante ha sido tratar de aprender, de leer ese tipo de comentarios, porque en el momento con la polarización que vivimos, en el momento que dejemos de leer lo que están diciendo desde el otro lado, desde ese contrincante si lo queremos decir así, entre comillas, en el aspecto político, vamos a dejar de entender qué dicen y cómo contraargumentar. Ha sido mucho aprendizaje que en gran medida dio origen a ese libro, cada capítulo del libro comienza con una parte citando tweets, citando papeles académicos, pero también artículos en revistas, en periódicos, que promueven esos mitos y a partir de ahí es ir desmontando, es ir desgranando como darle la vuelta a esos mitos, pero para hacerlo hay que leerlos y hay que saber qué es lo que dicen estas personas. A final de cuentas es tener la reflexión, para a partir de ahí, poder seguir leyendo más y creando más conocimiento.
¿Tienes algún comentario final?
La naturalización de esas situaciones creo que es algo que nos pesa mucho en México, también el asunto religioso por ejemplo, y el peso que tiene sobre esta situación en México de aceptar estas inequidades, y creo que claro puede ir también por un tema de que nos han dicho que así son las cosas, que no hay que moverle nada. Ojalá y más gente lea ese libro este libro para que se den cuenta que estas situaciones no son naturales, hay que darle la vuelta y pensar más desde un punto de vista más comunal.
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