"El tiempo que tenemos" llega a los cines de México el 31 de octubre
El poder del amor para moldear el tiempo se convierte en el motor narrativo de la nueva versión de un romance clásico de John Crowley y Nick Payne. En EL TIEMPO QUE TENEMOS, los londinenses Almut y Tobías literalmente chocan como desconocidos desconcertados. Una década después, habiendo transformado sus vidas, harían cualquier cosa para no separarse jamás. Pero ninguna historia de amor es realmente sencilla. Este retrato ligero pero profundo de un matrimonio refleja cómo experimentamos verdaderamente el amor: en altibajos, fuera de la lógica lineal, en momentos fugaces pero imborrables que son hermosos, divertidos, llenos de ansiedad, delirantes, tristes y reveladores, a veces todo al mismo tiempo.
Payne y el Amor: El guion
La colisión accidental y explosiva de la ascendente chef Almut y el comercializador de cereales Tobías comenzó en la mente del aclamado guionista británico y dramaturgo nominado al Tony, Nick Payne. Payne ya había explorado el amor a través de múltiples universos cuánticos en su muy querida obra Constelaciones. Pero ahora comenzó a pensar en los efectos del tiempo más cotidiano, específicamente, en cómo manejamos el hecho de que, de una u otra forma, siempre estamos quedándonos sin él. Sabía que esta historia no podía ser una obra de teatro, porque nada imita mejor al guardián del tiempo, la memoria, que una cámara de cine.
Por un lado, Almut y Tobías traen a su relación una practicidad e individualidad suficientes que casi los separan. Cada uno cree saber exactamente lo que quiere y, al principio, parece que sus objetivos son opuestos. Más tarde, mientras ambos disfrutan el ser nuevos padres y Almut recibe de repente el diagnóstico de cáncer de ovario, la pareja enfrenta esto también con pragmatismo, como simplemente otro desvío en su camino. Solo que este lo deben navegar no como individuos, sino como familia.
Continúa: “Me gustó que la historia de amor de Almut y Tobías no tuviera bordes suaves, que fuera chispeante, enredada y honesta de maneras que me intrigaban. Me gustó que Almut y Tobías no estaban buscando a alguien en sus vidas cuando se conocen, pero un día se convierte en otro y ves cómo comienzan a construir una vida de esa manera".
Andrew Garfield es Tobías
Inicialmente conocido como el Hombre Weetabix para Almut, Tobías es un hombre ingenioso, apasionado pero decididamente reservado, reciente divorciado, dedicado a su carrera corporativa en la compañía de cereales cuando se conocen. Pero el dos veces nominado al Óscar, Andrew Garfield, aporta al papel una visión refrescante y revisionista de la masculinidad en las historias de amor: la de un pretendiente cariñoso, solidario, aunque ligeramente desconcertado, que al final obtiene el máximo placer de su vida al dejar que su pareja brille.
La película marca una reunión cautivadora para Garfield y Crowley. Crowley dirigió a Garfield al inicio de su carrera en el aclamado drama criminal Boy A, mucho antes de que llegaran los superhéroes y las redes sociales. Desde entonces, ambos han mantenido el contacto, revisando varios proyectos a lo largo de los años. Cuando Crowley le envió el guion de EL TIEMPO QUE TENEMOS, Garfield se unió al proyecto de inmediato.
Garfield recuerda con cariño: “Pensé: ‘Qué oportunidad para trabajar con temas e ideas tan profundos a través de una narración tan elegante, delicada y sutil.’ El amor es una experiencia humana vital, y esta historia nos recuerda las muchas formas en que el amor atraviesa nuestras vidas. No es solo una historia de amor romántico. Es igualmente una historia de amor a una hija y lo que sus padres quieren darle. Se trata de las repercuciones duraderas del amor y cómo impregnan todo. Si, mientras lees un guion, estás llorando y riendo con pocos minutos de diferencia, sabes que estás leyendo algo que vale la pena”.
Florence Pugh es Almut
Almut de Florence Pugh es, como ella misma lo describe, “una chica de Londres que solo intenta tener éxito”. Dotada de un talento innato, Almut no tiene miedo de tener esperanzas y ambiciones, se niega a ser encasillada y exige tener el espacio para cambiar de opinión. Todo esto podría ser una barrera infranqueable para una relación a largo plazo, pero sus sentimientos por Tobías empujan a ambos a encontrar formas de integrar sus mundos, incluso cuando el de ella se desploma abruptamente. Resistiendo la melancolía, la estrella, conocida por su capacidad camaleónica en películas que van desde Lady Macbeth hasta Midsommar y Oppenheimer, aporta a Almut una alegría de vivir y un sentido de propósito tan efervescentes que trascienden sus circunstancias.
Quizás la mayor influencia en la actuación de Pugh fue simplemente la profunda conexión que sintió con Garfield desde el principio, una que siguió creciendo. “Andrew y yo tuvimos que ir a lugares muy íntimos y muy vulnerables”, reflexiona, “y tuve la suerte de tener una profunda confianza en Andrew y John para realmente llegar allí. Andrew trabaja meticulosamente en cada pequeño detalle hasta que es verdadero y correcto, creando una experiencia mágica donde me sentí completamente apoyada en todos los sentidos.".
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