
¿Puede el amor curar todas las heridas? ¿Puede la esperanza oírse por encima de la violencia? ¿Puede el deseo ganarle al miedo?
Lucrecia descubre que los cuentos de hadas no existen y que los monstruos acechan en la vida real. Un robo millonario, una familia envuelta en una trama de poder y corrupción y una mujer que, en busca de la libertad, encuentra el amor. Una historia en la que nada es lo parece y la víctima puede ser también la heroína.
Mariela Giménez es psicóloga y escritora. Ávida lectora, descubrió en la temprana adolescencia que tenía sus propias historias que contar. En 2012, publica Azabache, el color de la pasión; trilogía que completa con Esmeralda, el color de la obsesión (2013) y Ámbar, el color de la mentira (2013). Luego publica Entre luces y sombras (2014) y Primaveras para Elías (2015). Participa además de la antología Ay, amor. Diez historias para enamorarte (2015). En 2017, comprometida con la cuestión de género, convoca e invita con #UnaLucrecia de VR Editoras a una mirada reflexiva acerca de la violencia. Hoy, con la publicación de Entre senderos de lavanda, propone descubrir la esencia del ser en el encuentro con el otro. Platicamos con ella en entrevista.
¿Cómo fue el camino de esta novela?
A mí me gusta decir que más que un libro, inició como una experiencia literaria, porque nació un poco de la impotencia y de mi bronca con la situación que estamos atravesando y tratar de convertir eso en algo positivo, en la sensación de no quedarte aferrado a eso y poder hacer algo contra esas sensaciones. Lo que hice fue una novela que yo ya tenía escrita, pero por algún motivo había quedado como muchas otras historias que tengo, a la espera. Creo que no hubiera sido posible que viera la luz si no hubiera sido a través de una experiencia, en la cual yo compartí lo que me sucedía, muchas mujeres del otro lado se sumaron a la iniciativa de empezar a leer y reflexionar acerca de esto.
Durante enero y febrero del 2017 compartí un capítulo por día y durante el resto de la jornada nos poníamos a reflexionar, a vernos a través de esta historia, que simplemente era ficción pero que de alguna manera nos ayudaba a pensar.
¿Cómo fue su concepción?
Lucrecia es producto de mi vivencia con mujer, del diario que nos ocurre, de tratar de ponerme en la piel de una persona que atraviesa una situación difícil que es la violencia de género. Creo que nace desde ese lugar de querer hacer un aporte. Yo fui testigo de una situación de violencia en la calle, no me pasó a mí, le pasó a una persona desconocida y en ese momento me paralice, no pude reaccionar y me quedé muy enojada conmigo misma. Creo que Lucrecia es tratar de abrir los ojos a los demás, para que no les suceda lo que me pasó a mí.
Lucrecia que en su adolescencia elige a un hombre desde una perspectiva de encontrarse con el príncipe azul, inmersos en la cultura en la que estamos y que durante 10 años de una relación se da cuenta que no es como la había pensado. Creo que eso fue lo que produjo que esta novela saliera, la necesidad de poder poner sobre la mesa esto y quitarnos ese lugar de parálisis.
¿Creciste también con la historia?
Evolucioné con esta historia porque en 2017 al 2021 que estamos, escuché mucho de otras mujeres. Saber que hay muchas personas que se han conectado me genera a mí mucha esperanza, he aprendido mucho de estas mujeres en este tiempo, yo estoy muy contenta de que varones incluso se están involucrando, que estoy recibiendo mensajes de muchos de ellos y que sepa que también quieren colaborar. He aprendido mucho de estas mujeres y también la satisfacción de sentir que del otro lado están acompañadas, que alguien las escucha, y que pueden ser las protagonistas de sus propias historias y ser sus propias heroínas también.
¿Ser psicóloga te ayudó a escribir el libro?
Por supuesto, no sé cómo hubiese sido de otra manera, porque es lo que soy, es una forma de mirar el mundo. Tengo ya casi 20 años de profesión y eso también me denota algunas habilidades a nivel teórico para poder encarar la construcción de un personaje. Sin embargo yo creo que ambas cosas fueron importantes.
¿Cómo fue la experiencia como escritora?
Fue un proceso muy intenso escribir esta novela porque sabía que iba a cargar un tema muy difícil. Creo que el principal desafío fue tratarlo con el mayor respeto posible, pero también con la mayor fidelidad posible. Es un tema que no se puede adornar, ni tampoco romantizar y eso era un hilo muy fino a cuidar porque este sello Verá Romántica es un sello romántico y había que tratar de separar el romanticismo, del amor verdadero, el que construye. También fue difícil porque es una historia que fue escrita en primera persona y era difícil para mí meterme en la piel de ella, viviendo todo lo que ella atravesaba.
Por otro lado ocurre un asunto en su casa, que es una manera que abre una puerta que parecía que no existía, entonces también tiene mucho de policial, de los aspectos judiciales, institucionales, que también había que ponerlo sobre la mesa y me pareció un toque interesante para la historia.
¿Te gustaría agregar algo más?
Me parece que es importante la posibilidad que nos dan los libros de repensarnos. Lo importante que es que editores como VR Editoras se atrevan a publicar una historia con esas características. Porque me parece que el editor pone en una mesa algo para que se ha leído y también es un mensaje muy claro lo que le interesa. Quiero pensar que cuando mi hija, que ahora tiene 2 años, ya cuando sea un adolescente o una mujer, pueda leerlo. Estoy orgullosa de que siento que esto es lo que nos interesaba decir.
Compra el libro aquí.

Commentaires