La más reciente entrega de la franquicia Mufasa: El Rey León llega a las salas de cine como uno de los estrenos más esperados este invierno
Barry Jenkins (Moonlight) dirige la más reciente entrega en la franquicia, Mufasa: El Rey León una película que nos cuenta los orígenes de uno de los personajes más representativos de la película original, Mufasa (Aaron Pierre), y a la vez de su hermano que eventualmente sería conocido como Scar (Kelvin Harrison Jr).
Habiendo escuchado parte de las críticas que recibió el remake del 2019, la cinta muestra animales mucho más expresivos y escenas más coloridas. Además de varias tomas de primer plano que, a pesar de no ser mis favoritas, logran alejarse de la sensación de documental que provocaba la entrega anterior.
La historia es contada a través de Rafiki (John Kani) quien le narra a Kiara, Timón y Pumba (Blue Ivy Carter, Billy Eichner y Seth Rogen respectivamente) la vida de Mufasa y su ascenso a rey. Esto se presta para introducir comentarios e interrupciones graciosas de Timón y Pumba que contrarrestan el drama de los flashbacks alivianando la película. Aunque después de un rato se sienten repetitivos y uno quiere continuar con la historia principal.
Personalmente la música incidental es uno de los aspectos más destacables de la película, que si bien toma bastante prestado de la entrega anterior nunca se siente reciclado, si no como una referencia apropiada que funciona excelente en las escenas épicas que se muestran a lo largo de la cinta.
Las canciones, en esta ocasión escritas por Lin-Manuel Miranda, son bastante apropiadas y encajan muy bien con la historia. Y a pesar de que Disney intenta impulsar la canción “I Always Wanted A Brother”, que en sí es buena, ni esa ni ninguna otra en la banda sonora logran ser particularmente memorables.
Los temas de hermandad, familia encontrada y heroísmo están a lo largo de toda la trama y, aunque el descenso a la villanía de Scar puede sentirse un poco abrupto, culminan de manera satisfactoria. A pesar de ser un poco predecible dada la naturaleza de película familiar que tiene la cinta.
El antagonista principal es Kiros (Mads Mikkelsen), un león albino que intenta eliminar todas las manadas de la sabana para convertirse en el único rey león. Él y su manada de leones albinos son lo que detonan que Taka (Scar de joven) y Mufasa, salgan en búsqueda de Milele, una tierra abundante que se nos introduce al principio de la película. Y a pesar de ser un papel pequeño, relevante únicamente para presionar a los protagonistas y la batalla final, pero nada más, Mikkelsen logra utilizar el poco material que tiene para dar una interpretación intimidante.
Pedirle a esta película que tuviera la magia del El rey león (1994) era una expectativa un tanto irreal, pero sí es una mejora a la entrega del 2019. Es bastante entretenida y, como era de esperarse, los efectos visuales y animación son excelentes. Recomendada para ir a ver en familia y pasar un buen rato con personajes queridos.
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