La exposición "Cartas de Navegación" en Museo Cabañas destaca el alto nivel técnico y discursivo que Campos Cabello alcanzó en sus diferentes series y etapas de producción
Para conmemorar los 30 años de su fallecimiento, el Museo Cabañas presenta la exposición "Cartas de Navegación. Javier Campos Cabello". Esta muestra es el resultado de un esfuerzo colectivo que busca recuperar y difundir la obra pictórica de Campos Cabello, acercándola a nuevos públicos y resaltando su importancia en el arte mexicano de la segunda mitad del siglo XX.
La obra de Javier Campos Cabello (Guadalajara, 25 de abril de 1958 - Monterrey, 21 de mayo de 1994) ha dejado una marca indeleble en el arte de Jalisco de los últimos 50 años. Poseedor de un indiscutible manejo del dibujo, Campos Cabello se erige como un verdadero parteaguas en la historia, desarrollo y evolución de la plástica jalisciense. Su legado no sólo se distingue por su nivel técnico, sino también por la manera en que aborda las preocupaciones de una generación heredera de las convulsas décadas de los 60 y 70.
Juan Carlos Macías, curador de la exposición comentó en entrevista que la curaduría está basada en dos líneas de trabajo "por un lado es el cronológico y por otro lado el temático, se hace una combinación de una visión en tiempo y otro en temas, en una primera parte se analizan el trabajo de Javier, el trabajo temprano desde que era estudiante, un poco de su vida personal, hay una recreación de su estudio también, es como una especie de resumen de su vida, he dedicado un lugar para hacer una recreación libre de su taller".
Después se presentan tres etapas de su producción artística, "una que abarca más o menos de 1980 al 84 y comprende tres series principales, una denominada Cuartos vacíos otra denominada Carnes frías y otra que se le llama El doctor y sus pacientes. Esas tres series son las que conforman el primer bloque de su trabajo, luego hay una etapa de transición, la segunda etapa que para mi gusto es la etapa más contundente y que tiene mayor presencia discursiva, que tiene mayor calidad técnica y que de alguna manera lo consolida como el artista que es, esta etapa se la ha denominado Tenebrismo aludiendo a la pintura tenebrista del barroco o al caravaggismo".
En esta segunda etapa "predomina mucho el claroscuro, utiliza elementos así mismo como barrocos, lo contemporaliza bastante que son textos ilegibles montados sobre las imágenes, algunos elementos contemporáneos también le dan un halo de cercanía con el siglo XX y a diferencia de su primera etapa, que son tonos bastante claros, apastelados, algunos con una notoria muestra de Francis Bacon y con un carácter dibujístico, un carácter gráfico que lo trabaja en planos muy próximos, esta línea de trabajo la rompe completamente en su segunda etapa que son cuadros con más profundidad, con un ambiente tridimensional y personajes dentro de ese espacio".
Habrá que decir que en su primera etapa desarrolla un enorme cuerpo de bocetos y dibujos preliminares "cosa que no hace en su segunda etapa. Entre estas dos etapas hay una transición que tiene tanto elementos gráficos como la primera, como elementos elementos oscuros y profundos de la segunda, eso lo podemos ver en la sala que se dedicó a esa transición y hay un texto que la explica. Del 90 al 94 que es el año de su muerte él mismo hace una revisión de su trabajo, desde mi perspectiva de todo lo que había abandonado para su segunda etapa y lo retoma otra vez, también se mete un poco más profundamente en el tenebrismo como una especie de análisis, como una especie de reconocerse en eso, pero si regresa en algunas piezas a los planos, regresa a Francis Bacon y en ocasiones a tonalidades sino tan apasteladas y no tan claras o voluminosas como en su primera etapa, sí a tonalidades ya no tan oscuras, ya puedes percibir perfectamente los detalles"
Dentro de su vida trabaja en dos que quizá no eran series pero así las plantean en la exposición "hay uno que él denominó Cartas, que son obras de pequeño formato y son dibujos a la tinta y varias técnicas pero son dibujos sobre papel y de pequeño formato, y de los que logramos conseguir que nos facilitarán, porque la mayoría de la obra es de particulares, la gran mayoría de estos coinciden en que están fechadas en un tiempo en que Javier jamás existió y que están producidas en un espacio donde Javier jamás se paró. Eso es muy interesante, por ejemplo están firmadas por decir en 1924 o París 1940; y hay una característica también que las define que es que tienen textos ilegibles parecidos a los textos que ponía en sus pinturas tenebristas, pero al ser cartas pensarías que se permitiría poder leer algo pero no hay posibilidad, salvo las descripciones de los lugares o las fechas, no hay nada que puedas leer, esa es una serie a la cual se le dedica un espacio generoso".
Javier era un lector consumado "era un tipo bastante culto y tenía una buena selección de literatura, le gustaba la poesía, también el mismo escribía, hay en ese mismo espacio donde se presentan las cartas una vitrina que contiene por un espacio su diario de los últimos años de su vida, un diario interrumpido por momentos, lapsos muy grandes, y este sí se puede leer perfectamente, es una vitrina con ese diario que está extendido y se podrán leer algunas hojas. Por otro lado hay textos que él mismo escribió, piensos, cartas, notas, mensajes. El diario es muy bonito, te puedes enterar bastante de su situación antes de fallecer y es muy bonito y conmovedor, entonces empatizas con el artista".
Inauguración de exposición: Cartas de Navegación: Javier Campos Cabello.
Inauguración – 27 de julio de 2024– 13h
Curadores invitados: Juan Carlos Macías Islas / Salvador Rodríguez Vázquez.
Disponible del 27 de julio al 20 de octubre de 2024.
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