El mundo de 1983 también ha sufrido trastornos en el trato hacia los mutantes. La siguiente etapa de la evolución humana ahora es aceptada por la mayoría de la humanidad —pero no toda— gracias al heroísmo de Raven/Mystique, quien evitó el asesinato del presidente de los EE UU y una guerra entre mutantes y humanos (como se pudo apreciar en X-MEN: DAYS OF FUTURE PAST).
Raven, una mutante de piel azul que es capaz de cambiar de forma, está en búsqueda de su propósito real, así como de la escurridiza auto-aceptación. En los años que le precedieron a X-MEN: APOCALIPSIS, había intentado ocultarse del mundo, evitando su fama como el nuevo rostro de la esperanza y el cambio para un mundo naciente, integrado por mutantes. Se resiste a cargar con el peso de esa etiqueta, y siente que gran parte de su pasado no le garantiza la percepción que el mundo tiene de ella como heroína.
Ahora, Raven está viviendo bajo su propio código y trabaja de manera independiente como una salvadora mutante clandestina, que le ha llevado a luchar contra los casos restantes de explotación mutante por parte de los humanos y salvar a aquellos que todavía son perseguidos.
“El personaje es más ‘Raven’ que ‘Mystique’ en esta historia, porque no puede ser su auténtico yo mutante en un mundo en el que todavía siente que no es tan amigable con los mutantes como aparenta”, comenta la ganadora del Oscar Jennifer Lawrence, quien interpretó por primera vez el papel en X-MEN: FIRST CLASS y después lo repitió en DAYS OF FUTURE PAST. “Esa es la razón por la cual ha sido Raven desde los eventos en los filmes previos, para que nadie sepa que ella es ese mutante. Cuando la conocemos en esta película ha llevado una vida encubierta como Raven”.
La misión de Raven de ayudar a mutantes donde pueda culmina en su rol como líder de los X-Men en una batalla masiva contra Apocalipsis. Pero primero se reúne con dos hombres muy cercanos a ella, y con quienes comparte una historia compleja y evolutiva: Charles Xavier (también conocido como Profesor X) y Erik Lensherr (Magneto). Raven y Charles tienen una larga historia juntos y formaron parte del equipo original de los X-Men. En los años subsiguientes se distanciaron, separados tanto por la distancia como por sus filosofías de vida.
Cuando conocemos a Charles en X-MEN: APOCALIPSIS, lo vemos de nueva cuenta dedicado a construir su escuela para niños dotados; un refugio seguro para mutantes que están aprendiendo a controlar sus poderes.
Dentro del contexto del universo de Marvel, Kinberg ve la escuela de Xavier como una idea radical. “Es un tipo que toma a un grupo de chicos, los entrena en una ‘Sala de peligro’ en su sótano, con disfraces, y va alrededor del mundo impidiendo el mal y la injusticia. En vez de alejarnos de esa idea, queríamos explorar y aceptar cuán radical son los X-Men”, explica. El mayor don de Xavier, un telépata poderoso, dice James McAvoy, quien repite el papel, es “su empatía y habilidad para enseñar. Los eventos del último filme lo dejaron esperanzado y con una mayor responsabilidad”.
El optimismo y esperanza de Xavier en 1983 representa un giro de 180 grados a la figura fracturada de DAYS OF FUTURE PAST. “Está rodeado de estudiantes jóvenes y brillantes, y ahora es capaz de ver más allá del prejuicio, miedo y odio que persisten en el mundo”, comenta McAvoy. Pero su línea de pensamiento sufre otra evolución después de que Apocalipsis comienza su reinado de terror y destrucción. “Los peores miedos de Xavier comienzan a surgir y tiene que madurar ante las realidades de un mundo en manos de un mutante malvado”, añade McAvoy. “En ciertas maneras, tiene que volverse más militante —y más como Magneto”.
McAvoy se refiere, desde luego, al amigo más cercano y rival más feroz de Xavier, quien cuando nos reencontramos con él en X-MEN: APOCALIPSIS está viviendo en paz finalmente. Al haber fallado en su intento por asesinar al presidente de los EE UU al final de DAYS OF FUTURE PAST, Magneto ha desparecido, por lo que su silencio y ausencia han beneficiado el progreso de la integración mutante en la sociedad.
Poco más de una década después, “ya ha dejado atrás su capa y sus malos modos”, dice el actor nominado recientemente al Oscar Michael Fassbender, quien de nueva cuenta interpreta el papel del poderoso mutante. Magneto lleva una vida tranquila en un pequeño pueblo de Polonia. Tiene una esposa y una hija pequeña, así como un trabajo en una acerera local. Pero cuando un enfrentamiento con autoridades locales termina de manera trágica, la vida pacífica de Magneto queda devastada y su corazón roto.
“Magneto ha elegido emular la vida de sus padres, viviendo y trabajando en su tierra natal, Polonia”, comenta Singer. “Pero todo sale terriblemente mal, y queda desolado, por lo que toma un vuelco apocalíptico”.
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