El escritor y director Adam McKay es mejor conocido como la mente maestra detrás de los éxitos taquilleros de las comedias de Will Ferrell, entre ellas Step Brothers y Anchorman: The Legend of Ron Burgundy, así como de “You’re Welcome America”, el espectáculo de Broadway nominado a un Tony Award®. Sin embargo cinco años atrás, cuando leyó The Big Short: Inside the Doomsday Machine, le fascinó la idea de realizar un proyecto completamente distinto. Intrigado por la mezcla de comedia, drama y profunda tragedia en la brillante perspectiva tras bastidores de Michael Lewis sobre el preludio del colapso económico global, McKay anhelaba tomar un descanso de las comedias ligeras y llevar La Gran Apuesta a las pantallas de cine.
“Comencé el libro como a las 10:30 de la noche y pensé, ‘Sólo voy a leer 40 páginas’”, recuerda McKay. “No podía dejar la lectura. Leí toda la noche y acabé el libro a las 6 de la mañana. Ese día le conté a mi esposa acerca de los personajes y la forma en que la trama entrelaza todas las distintas líneas argumentales y consigue una ‘rica’ historia que a la larga describe el colapso del sistema bancario, la corrupción y la complacencia, pero al mismo tiempo es divertida y es conmovedora. Ella me respondió, ‘Debes realizarla’. Le objeté, ‘Soy el tipo que hizo Step Brothers’. Ni siquiera lo considero probable, yo supongo que Scott Rudin o Plan B ya compraron los derechos de este libro”.
Y de hecho Plan B Entertainment, la compañía de producción de Brad Pitt, se había asociado con Paramount Pictures para desarrollar La Gran Apuesta como un largometraje. El productor Jeremy Kleiner descubrió profundas similitudes entre el enfoque del autor Michael Lewis hacia el béisbol y hacia Wall Street en su libro Money Ball: The Art of Winning an Unfair Game. Comenta él, “Money Ball y La Gran Apuesta abordan temas familiares que las personas creen que entienden, pero plantea grandes interrogantes”, explica Kleiner. “La Gran Apuesta también tenía este elemento distintivo de que los protagonistas no son los típicos ‘bienhechores’. Pensamos que esto era muy emocionante, así que Paramount, nuestro socio, dio un paso adelante y adquirió los derechos. Ellos comenzaron el viaje por nosotros”.
Una vez que McKay terminó de dirigir la exitosa secuela Anchorman 2: The Legend Continues, su agente le planteó el reto de nombrar la película que más le gustaría dirigir. “Antes de darme cuenta de lo que decía, respondí, ‘Si pudiera hacer algo, sería La Gran Apuesta’”. Plan B envió a McKay una versión preliminar del guión escrita por Charles Randolph. “Consideré que el guión tenía cosas buenas, pero también sabía exactamente cómo mejorarlo”, afirma McKay. “Me reuní con Jeremy y Dede Gardner, el presidente de Plan B, para presentarles mi propuesta”.
El guión resultante incorporó el agudo ingenio de McKay en una historia acerca de un momento que definió una era en la historia reciente de Estados Unidos. “La gente me conoce por películas como Talladega Nights y Anchorman, o por los videos Funny or Die, pero siempre estoy involucrado en distintas causas”, explica McKay, que dominó la sátira política como escritor principal de “Saturday Night Live” antes de incursionar en su carrera cinematográfica. “Siento que tu trabajo como ciudadano es poner atención a lo que ocurre tanto en la política como en la sociedad. Puedes ser un payaso y ser rociado con botellas de soda, pero también debes votar y conocer lo que ocurre a tu alrededor”.
Los Inconformistas
El libro que emocionó tanto a McKay como a Plan B para realizar una película acerca de los eventos que derivaron en la crisis bancaria proviene de la mente de Michael Lewis, maestro narrador de historias de no ficción. Después de trabajar en un gran banco de Wall Street él mismo durante la década de 1980, Lewis escribió el best seller Liar’s Poker, un libro divertido y revelador que describe el mundo lucrativo y engañoso de las operaciones de bonos. El autor no tenía planes de escribir una secuela hasta que ocurrió el colapso financiero en 2008. “Comencé a leer que los grandes bancos parecidos a donde yo trabajé perdieron cientos de miles de millones de dólares en operaciones del mercado de bonos hipotecarios de alto riesgo”, recuerda Lewis. “Los bancos pusieron sobre la mesa dinero falso y perdían enormes cantidades... así que me pregunté, ‘¿Cómo puede ocurrir esto?’”.
En busca de respuestas, Lewis se reunió con ex banqueros inversionistas que se quedaron sin trabajo después del colapso. “Salimos a tomar una cerveza y me dijeron extra oficialmente, ‘La única razón por la cual te explico por qué perdí 10 mil millones de dólares en una sola operación es que tú eres la razón por la que estoy en el negocio. Leí Liar’s Poker y me emocionó tanto que decidí ser corredor de Wall Street’. Después de algunas conversaciones pensé, ‘¡Jesucristo, yo generé esta crisis!’ Tenía una influencia personal en estos tipos responsables de perder todo este dinero pues ingresaron a la profesión por el libro que yo escribí. Entonces traté de entender cómo estas instituciones, que son el corazón del capitalismo, se volvieron semejantes estúpidas e hicieron cosas tan suicidas. Los bancos como Goldman Sachs están llenos de tipos extremadamente brillantes, bien educados y los mejores egresados de Harvard, Yale y Princeton”.
Sin embargo, no fueron estos antiguos Amos del Universo de Ivy League los que terminaron como protagonistas en el libro de Lewis. Más bien él centró su atención sobre los inconformistas que desafiaron la sabiduría dominante de los bancos, los reguladores gubernamentales y los gurús de los medios, para apostar todo lo que tenían a una falla sin precedentes del mercado inmobiliario estadounidense. “Advertí que fueron estos tipos inconformistas de la periferia los que descubrieron la corrupción que había invadido el sistema”, explica. “Ellos son los hombres que convirtieron mi idea en el libro La Gran Apuesta y no se quedó simplemente en un artículo para una revista. Los hombres que apostaron contra los bancos y consiguieron fortunas, ellos fueron los personajes que me interesaron”.
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