Una de las cintas más divertidas de la temporada y un ejemplo de una secuela bien manufacturada, acción sin pausa con escenas más elaboradas e intensas.
El legendario asesino John Wick (Keanu Reeves) se ve obligado a salir del retiro por un ex-asociado que planea obtener el control de un misterioso grupo internacional de asesinos. Obligado a ayudarlo por un juramento de sangre, John emprende un viaje a Roma lleno de adrenalina estremecedora para pelear contra los asesinos más peligrosos del mundo.
La primera cinta de John Wick parecía un filme que se quedaría en el montón por la premisa, un asesino a sueldo que está en el retiro, que por azares del destino es obligado a regresar de su encierro y se convierte en una pesadilla para todos. Hemos visto una larga lista de películas con esa trama, algo debía tener para llamar nuestra atención, y así fue. Keanu Reeves no será el mejor actor del mundo, pero es un vehículo perfecto para este tipo de cintas, convirtiendo a la primera en una inolvidable película de acción.
La secuela cumple con todos los elementos básicos que se necesitan, es más de lo mismo, pero en este caso eso es algo positivo. Esta vez nos adentramos más a este mundo de asesinos y viajamos a Roma, después a Nueva York, donde nos encontramos a más personajes con fuerza, y donde la historia sigue casi de inmediato a lo que sucedió en la ocasión anterior.
Desde el primer minuto entonces, tenemos una dosis de golpes y balazos donde si bien Wick parece invencible, es dañado lo suficiente para convertirlo en un héroe más próximo. Obviando las situaciones exageradas por supuesto.
Visualmente es un deleite, por una parte es de nuevo una danza violenta, perfectamente coreografiada, y aunque hay muchos momentos de sorpresa, se sienten auténticos dentro de este mundo. Las tomas no son a close up sino la mayoría son abiertas, dándonos la oportunidad de ver a toda gloria las habilidades de los actores y acróbatas del filme.
A diferencia de otras películas del genero, no es necesario dejar el cerebro al entrar a la sala, tiene los suficientes vuelcos de trama para estar atentos más allá de la violencia. El diseño de vestuario, los escenarios, así sea un gran palacio o el metro, están muy bien armonizados. Wick se presenta ahora más que nunca como este asesino a sueldo tipo agente secreto, tan elegante como mortal.
Y la cinta se toma en serio hasta donde debe, no teme a los momentos de humo, que ejecuta sin miedo y sin cambiar el tono que lleva su historia. Como aquella leyenda urbana que cuentan una y otra vez sobre John matando a tres hombres en un bar con tan solo un lápiz, proeza que se replica de cierta manera en una de las escenas. Hay un momento en donde John se enfrenta a otro de sus cazadores en medio de la multitud del metro y disparan con silenciador y precaución uno a otro sin dejar de caminar, ese es uno de los momentos más curiosos.
En este género no pueden faltar los villanos exagerados, y aquí hay varios para disfrutar, demasiados en algún momento cuando en Nueva York quieren cazar a Wick y no puede dar un paso por la calle sin que alguien intente matarlo. Y claro que el encuentro con Laurence Fishburne es otro detalle para mencionar, entre los juegos de palabras mencionando entre lineas su reencuentro desde "The Matrix", hasta la manera en como nos anticipan su escena.
Y al final deja todo cerrado y abierto a la vez, si bien podría existir otra secuela, si no sucede nos quedaríamos satisfechos con la historia, a diferencia de la fiebre actual de no contarnos nada para alargar las ideas en las sagas veraniegas.
Uno de los mejores filmes de acción y una de las mejores secuelas en general, está balanceada, con personajes y escenas de acción memorables y uno de los personajes más carismáticos del género.
Por Luis
Calificación: 92 puntos
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