La tercera es la vencida, y aunque la cinta aun queda corta respecto a otros resultados favorables de Pixar, "Cars 3" termina más divertida que el resto de sus predecesoras.
Sorprendido por una nueva generación de corredores ultrarrápidos, el legendario Rayo McQueen queda relegado repentinamente del deporte que tanto ama. Para retomar su carrera, va a necesitar la ayuda de una joven mecánica de carreras, Cruz Ramírez, que tiene su propio plan para ganar, además de la inspiración del fallecido Fabuloso Hudson Hornet y un par de giros inesperados. Y para probar que el nº 95 no está ni mucho menos acabado, el campeón tendrá que poner a prueba su valía en el gran circuito de la Copa Piston.
La franquicia Cars siempre fue la más débil en la amplia lista de cintas de Pixar en el terreno de la narrativa, pero una de las más exitosas en terreno de licencias, viendo productos por doquiera con sus personajes. La primera y segunda cintas trataron de ser complejas innecesariamente y más allá de Rayo McQueen y Mate, el resto quedaban grises en la memoria. Esta vez algunas cosas no cambian, pero otras mejoran.
Aunque la narrativa sigue con huecos, con fallas al momento de dar continuidad a la historia y perdiéndose en temáticas simples, esta cinta tiene un ritmo más modesto, menos frenético y por lo tanto con mejores resultados.
Esta vez siguen el asunto de enfocarse en el interior de sus personajes y labrar poco a poco reacciones interesantes. Curiosamente lo frenético de las anteriores las tornaban aburridas y esta vez fue lo contrario. Cabe destacar que incluso existen varias sorpresas inesperadas, no es tan predecibles, no muchas, pero las hay.
Y diríamos ¿por qué esperamos tanto ingenio si es una cinta animada? porque Pixar asi nos acostumbró a sus filmes, momentos y escenas que tienen detrás mucho contenido y que se queda grabado en nosotros. En Cars nunca hubo momentos donde una lagrima corriera por nuestras mejillas y aquí tampoco, pero si hay una sensación más cálida.
El personaje de Cruz Ramirez es una buena adición, un ejercicio de inclusión interesante y agradable, aunque no sabemos que tanto se deba a querer convertirla en otro juguete más y ampliar su mercado de venta de autos a niños y ahora a niñas. Pero cualquiera que sea la excusa, es buena idea porque el mensaje lograr llevarse con eficacia.
La historia es básica y por ellos hay más posibilidad de volverla empática con chicos y grandes, esta vez habla de madurar, de pasar la estafeta, de luchar por los sueños.
Aunque el potencial del mundo de autos aun no se explota, quedan muchas dudas sobre cómo es que se vive en ese universo, ¿cómo funciona todo? ¿sus llantas son manos, pero cómo tocan las cosas si no tienen dedos? ¿procrean o por qué existen autos pequeños? Preguntas tontas que quedan sin respuesta porque no existe un sentido al respecto.
Un esfuerzo más entretenido, más enfocado, aunque al final parezca más un especial de televisión. Una película divertida con la que los pequeños de casa pasarán un rato agradable.
Calificación: 70 puntos
Por Luis