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Detrás de "Las aventuras del Capitán Calzoncillos"



“Los Libros de Pilkey son una celebración a la amistad”, comenta el productor Mark Swift. “Cuando rememoras tu propia vida, es maravilloso cuando te encuentras a los amigos con los que te encantaba pasar el tiempo, aquellos que ven el mundo de la misma manera que tú. La serie de libros es también una flagrante celebración a la creatividad. El Capitán Calzoncillos es un héroe que los niños crean por sí solos, y no se parece a ningún otro superhéroe que hayamos visto en la pantalla grande”.

El equipo fue capaz de obtener varios elementos para la película a partir de distintas tramas en la serie de libros. Por ejemplo, los chicos hipnotizan al Sr. Krupp en el primer libro. Se enfrentan a los malvados inodoros hablantes que aparecen en el segundo libro. Y el villano de la película, el Profesor Poopypants, no hace su aparición sino hasta el cuarto ejemplar.

Para el equipo artístico, uno de los retos principales de la película fue encontrar la apariencia adecuada en las gráficas por computadora, de tal forma que pudieran conservar el encanto y extravagancia de las ilustraciones originales de Dav Pilkey al momento de amplificarlas para la pantalla grande. Para ayudar a hacer que esa transición fuera tan imperceptible como fuera posible, los realizadores acudieron a Rune Bennicke, un veterano diseñador de personajes y animador. Bennicke, cuyos créditos incluyen Mulan, The Tigger Movie, Lilo & Stitch, Asterix and the Vikings y Kung Fu Panda 3, entregó unas primeras pruebas de animación en 2D asombrosas, que, de entrada, definían el tono de los personajes.

David Soren recuerda, “De manera constante regresábamos a ver esas pruebas, cada vez que necesitábamos mostrarles a los actores o a un nuevo miembro del equipo de producción lo que estábamos buscando. También sentaron las bases para nuestro estilo de animación en general, y fueron pieza fundamental al momento de trasladar los personajes a nuestro mundo de gráficas por computadora”.

Un objetivo claro fue reducir el nivel de detalle en los diseños. “Cuando me sumé por primera vez al proyecto descubrí que necesitábamos ver a estos personajes como símbolos, y no preocuparnos por detalles anatómicos reales”, explica Bennicke. “Son personajes de caricatura. Sus ojos son puntos. No necesitan tener un cabello realista”.

El diseñador de personajes recuerda las primeras dos pruebas de animación que montó para el proyecto. La primera fue una del director Krupp cuando se convierte en su alter ego, el Capitán Calzoncillos. La segunda, que involucraba al profesor Poopypants, resultó ser toda una revelación.


“Todo se dio de manera muy fácil”, comenta Bennicke. “El profesor le pregunta a la clase qué es lo que les parece más emocionante acerca de los robots, y Melvin, el consentido del profesor, dice que son las matemáticas detrás de ellos. El profesor se emociona tanto que flota en el aire, y tan pronto y termina de hablar, desciende y aterriza. Es un concepto bastante extraño, y desafía las leyes de la física, pero funciona en un mundo caricaturizado tradicional. Me dio un poco de miedo mostrárselo al equipo, pero les encantó y decidimos hacerlo. Es un ejemplo perfecto de cómo se nos dieron las cosas de manera muy tranquila cuando nos encontrábamos en el camino correcto”.

El diseñador de producción Nate Wragg recuerda una ilustración en particular en el libro de Pilkey que le ayudó a él y a su equipo a obtener el estilo visual correcto para la película. “Para mí, fue la ilustración del director Krupp, viéndose enojado y sentado en su escritorio”, comenta. “Lo que me pareció importante acerca de esta imagen fue que tenía un personaje memorable en un lugar importante —unidos por el mismo tono. Si ves de cerca la ilustración, no vemos muchos detalles, ya que sus trazos son básicos y sencillos, pero de gran impacto. Queríamos conservar las cosas sencillas, esos detalles icónicos como el lápiz y el portaplumas postrado encima del escritorio de Krupp. Vimos su escritorio más como un símbolo de su silla disciplinaria de capitán y tratamos el espacio más como una sala de interrogación. Esto fue algo que construíamos en la ilustración mientras diseñábamos el set, sin dejar de ser fiel al tono de la ilustración y a la historia que se estaba contando”.

Los trazos inestables de Pilkey al momento de dibujar fueron otro elemento clave que el equipo extrajo de las ilustraciones una vez que comenzaron el proceso de diseño. “Si ves la silla, el escritorio, el portalápiz, no hay líneas rectas en lo que dibuja”, explica Wragg. “Hay un bamboleo y agitación en la calidad de sus trazos, que sentimos que teníamos que incluir en nuestros modelos para apegarnos lo más posible a su estilo ilustrativo. Así que construimos y modelamos ese bamboleo en cada elemento de utilería y recurso del filme. Si observas de manera detenida, no verás ninguna línea recta en los modelos, pero sí verás los trazos temblorosos de Pilkey en todo lo que diseñamos, que nos ayudó a adaptar sus dibujos al mundo de las gráficas por computadora. En muchos casos, si ves una pieza de utilería en nuestra película por sí sola, ese elemento con frecuencia se ve roto o muy tambaleante. Pero cuando se compone en un set rodeado de los demás elementos de utilería tambaleantes, todo se mezcla para formar un estilo tremendamente encantador y atractivo”.


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