Un filme que mantiene la esencia de su predecesor, visualmente impactante y con los ingredientes suficientes para valerse por si misma, un extraordinario trabajo.
Treinta años después de los eventos del primer film, un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling) descubre un secreto largamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar una búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner al que se le perdió la pista hace 30 años.
Una de las primeras preocupaciones al hacer los remakes o secuelas cuando es evidente que solo buscan meter dinero a la taquilla, es "actualizar" las historias al punto de que solo comparten el nombre más allá del concepto. Lo hemos visto repetidamente en cintas como "Total Recall" por ejemplo. Otro peligro es cuando una cinta de ciencia ficción la buscan convertir en un filme de acción, situación que sucedió hasta cierto punto con el reboot de Star Trek, aunque logró salvarse en algunos aspectos. Y asi sucedió con Blade Runner, la cinta de culto en realidad no fue un gran exito de taquilla en su tiempo y no se trata de acción desenfrenada sino en momentos incluso contemplativa, visualmente alucinante y emocional. Y entonces, nuestros miedos por un producto inferior o lejano a la esencia se desvanecieron. Porque "Blade Runner 2049" es fiel e incluso logra conmovernos como el original.
Por propia cuenta este filme tiene muchas virtudes, incluso si nunca viste la original (aunque lo mejor sería darle un vistazo porque es una joya del género), no te perderás de la trama, comienza y plantea las situaciones de manera clara y precisa.
Los personajes son bien estructurados desde el primer momento, las personalidades, sus motivaciones, son mostradas de manera sutil pero eficaz, logrando empatía con cada uno de ellos, y aun asi a pesar de conocerlos, habrá momentos en que nos dejarán sorprendidos por sus acciones.
La trama está bien estructurada también, el ritmo de la historia es muy similar a la de su predecesora, hay acción cuando es necesaria, y hay momentos contemplativos también. Es una de esas películas que te pone los ingredientes sobre la mesa y como espectador vas mezclando parte, te hace participe y eso logra conectarte emocionalmente, un trabajo digno y que no siempre tiene el resultado esperado, sobre todo al ser este genero. Hay sorpresas y muchas, es impredecible.
K es un personaje interesante, un replicante que no solo sorprende a otros humanos, sino que se convierte en un envase para dialogar de muchos temas con la excusa de la pelicula, el afecto, la soledad, el respeto, el honor. Y la pelicula en general discute la problematica entre los replicantes a punto de la revolución, entre cuestionantes de la relación con los humanos y de paso metaforas que encajan sin problema en nuestra vida cotidiana.
Otro punto que mantiene la esencia de aquel primer filme es el simbolismo, los detalles, la parte visual que es otro elemento a destacar, la paleta de colores, el diseño de los paisajes urbanos y los naturales. La escena en donde K descubre las abejas, aquella en donde reconoce el arbol, son momentos importantes. El trabajo de iluminación también destaca, y es que mucho de los efectos visuales más impresionantes no se quedan en el aspecto futurista, sino en elementos naturales como la nieve, la zona desertica, otorgando además belleza al filme.
Por supuesto que ver a Edward James Olmos de nuevo, y a Harrison Ford son momentos esperados, pero no se quedan en presentaciones para la nostalgia, su papeles vuelven a tener eco en la trama. La reunión entre K y Deckard es uno de los momentos más emocionales, escenas que repercuten. Y es que en la ciencia ficción es muy común que las actuaciones estén relegadas y los efectos especiales al frente, aqui hay un equilibrio y Ryan Gosling logra una de las mejores actuaciones de su carrera.
El peso de su predecesora es demasiado para poder sobrellevar, pero su director Denis Villeneuve hace un admirable trabajo. Visualmente hermosa, emotiva e interesante.
Calificación: 95 puntos
Por Luis
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