
La obra de Agatha Christie cobra nueva vida de la mano de Kenneth Branagh en un espectáculo visual destacable aunque la intriga se diluya un poco al paso del filme.
Durante un viaje en el legendario tren Orient Express, el detective belga Hercules Poirot investiga un asesinato cometido en el trayecto, y a resultas del cual todos los pasajeros del tren son sospechosos del mismo.
Es una historia bien contada, de eso no cabe duda Branagh mantiene una línea uniforme en el desarrollo de la trama. Pero lo mejor está al comienzo, el ritmo es ágil, y cuando el tren se detiene parece que el ritmo baja de velocidad tambien, a pesar de tratarse de los momentos de mas tension. Lo complicado de manejar tantos personajes surge poco a poco y el potencial de muchos de ellos, se disminuye a una personalidad unidimensional.
A pesar de eso los actores hacen un buen trabajo, quizá el beneficio de tratarse no solo de figuras con trayectoria sino con las tablas suficientes para dar vida y dimensiones a algo que no lo tiene. No llegan a rayar a la caricatura pero tampoco se vuelven memorables. En conjunto funcionan y quizá ese era el asunto a final de cuentas.
Branagh imprime a su propia versión de Poirot, el tono de humor personal, quizá el elemento que más engancha con la audiencia, sobre todo aquellos que nunca han visto otras encarnaciones o leido sus historias impresas.
La intriga es el ingrediente principal, y ciertamente logra engañarnos colocando en esta adaptación elementos importantes que lo permiten. Pero aunque la historia desgarradora, el desenlace, los secretos al descubiertos indican un climax estremecedor, esto no sucede, la resolución del caso, en pantalla, parece tibio a pesar de las connotaciones que lleva. Con tantos ingredientes de primer nivel esperarías salir del cine completamente satisfecho, pero queda un pequeño vacío.
Lo que destaca y mantiene nuestra atención es un trabajo de diseño de producción casi impecable. Es una delicia disfrutar cada cuadro, la paleta de colores, los escenarios, la decoración del tren, los exteriores, los vestuarios. Y todo ayuda a transportarnos, a pesar de los momentos flojos en la trama.
Un relato bien contado que no pasa más allá de la superficie, la intriga lucha por mantener la atención con resultados mixtos, pero es visualmente cautivante.
Calificación: 85 puntos
Por Luis
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