Un filme encantador con personajes y situaciones en apariencia sencillas que nos recuerdan lo complicado que es la vida y que cada uno tenemos una larga historia por contar.
Una joven estudiante que se hace llamar "Lady Bird" se muda al norte de California para pasar allí su último año de instituto. La joven, con inclinaciones artísticas y que sueña con vivir en la costa Este, tratará de ese modo encontrar su propio camino y definirse fuera de la sombra protectora de su madre
Los filmes que hablan de pasar de la adolescencia a la etapa adulta son muchos, algunos tienen un resultado efectivo pero la mayoría son tan comunes como las millones de historias que se pueden contar al respecto. Es una etapa con rasgos muy particulares que todos vivimos de alguna u otra manera, en algún tiempo u otro. "Lady Bird" es uno de esos resultados positivos.
Los personajes y las actuaciones surgen de manera tan orgánica que es solo cuestión de minutos para dejarnos inmersos en el filme. Las relaciones interpersonales son el eje de este filme, sobre todo aquella de madre e hija. No es complicado verse reflejado en alguna o muchas de las personas que desfilan.
Y es que con pequeños guiños, la directora y escritora Greta Gerwig nos presenta el pequeño universo que comprende cada persona, como si se tratara de una lección de empatía, recordarnos que aquel que está a nuestro lado y el extraño que cruzamos en la calle, todos tienen un peso y una historia sobre ellos.
Porque los personajes están tan llenos de matices, unos más que otros, que es dificil no encariñarse con ellos. Y la cinta no necesita ir más allá de aquello que no es cotidiano, tan solo pone una lupa sobre ello.
Saoirse Ronan y Laurie Metcalf son quienes atrapan nuestra atención como hija y madre, una relación que tiene ecos más allá del cine y cuyas interacciones muestran muchos momentos importantes en la transición que sufrimos en la adolescencia y los padres son testigos. Pero todo ello tiene como centro a su vez el amor. Y esa es una sensación cálida al final.
Aunque se trata de un drama, como todo en la vida, hay mucho humor, porque los obstáculos de la vida se superan mejor con una sonrisa. Y adicional a todo lo emocional que presenta el filme, su paleta de colores, su propuesta visual sencilla, potencia las virtudes del filme.
Pareciera que una historia cualquiera no tendría el peso suficiente para volverse memorable, pero es esa cotidianidad mostrada de manera orgánica y familiar, con buenas actuaciones y personajes, inclinada más al lado bondadoso de la vida, que hace esta película destacarse sin problema. Una hermosa carta a la vida.
Calificación: 93 puntos
Por Luis
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