Con Rowan Atkinson como Johnny English, las bromas siempre fluirán libremente. “Disfruto de las bromas visuales y disfruto del movimiento tonto y disfruto de caerme”, dice Atkinson, que parece deleitarse de que la película Johnny English Strikes Again esté repleta de todo esto.
“Rowan sabe exactamente cómo comunicarse con todo su cuerpo y cómo hacer esa parte de la comedia”, dice el director David Kerr. “Así que estarías loco si no adoptaras eso cuando planificas las tomas.”
La sincronización es todo, por supuesto. Mira la escena en la que Johnny English conoce a Ophelia. Al ingresar a un bar elegante, pide un “London Lemming”, para el desconcierto del barman y de nuestra heroína Ophelia. El arquetipo de la excesiva sofisticación, como corresponde a un agente del Servicio Secreto de Su Majestad, brinda por Ophelia, toma un trago y se le atasca la sombrilla del cóctel en la nariz. Dominar el arte de que se te atasque la sombrilla del cóctel en la nariz no es un trabajo sencillo. Puede ser un proceso meticuloso, simplemente porque Rowan es el centro de lo que lo hace divertido.
“Mucho de lo que la gente ve en esta película es cómo se mueven, cómo se ven, cómo reaccionan físicamente, cómo sincronizan un paso o una sonrisa, y Rowan es el maestro de todo eso”, dice Kerr. “Él puede entender lo que él está haciendo físicamente y sabe a la perfección cómo comunicar no verbalmente. Así que cuando volvemos a ver esas tomas, casi invariablemente buscamos esos detalles. A veces también es lo verbal, pero gran parte del tiempo es no verbal, ya sea que tengamos la sofisticación de Johnny, o el sentido de inocencia. Estas son cosas bastante sutiles. Gran parte del tiempo puedes ver una toma y decir que fue justo igual a la última toma, pero siempre hay una sutil distinción, y eso es lo que buscamos.”
La comedia evoluciona más cuando Johnny confunde una píldora para dormir con las Píldoras de alta energía de liberación instantánea. Vestido de blanco, un homenaje a Saturday Night Fever, se catapulta por el piso de baile, moviendo las extremidades en todas direcciones. Lograr ese sentido de discordia y caos es una ciencia muy exacta. David Kerr incorporó al coreógrafo Litza Bixler, con quien había trabajado antes, y juntos crearon la secuencia de baile con Rowan.
Los tres pasaron tiempo identificando la música, el tono y dónde se iba a ambientar la comedia física. “Estructuramos ligeramente todo, pero dejando siempre lugar para la improvisación”, afirma Bixler. “Trabajas con las cosas únicas que él puede hacer. No se trata de lograr una actuación precisa, sino de conseguir el equilibrio entre la precisión propia de Rowan y el hecho de que el personaje no debe ser demasiado preciso. Él es un pensador preciso, lo que resulta en un contraste interesante para su personaje.”
Para Atkinson, se sentía como una mezcla con otro de sus más famosos personajes. “Es el tipo de baile que probablemente Mr. Bean haría, pero por supuesto podemos excusarnos en el hecho de que Johnny English está bajo el efecto de las drogas mientras lo hace...drogas recetadas en un sentido, pero sin embargo está en la gloria. Así es como podemos hacer que Johnny English haga cosas muy atípicas de Johnny English.”
Por supuesto, esto es solo una de las numerosas piezas cómicas inspiradas en Atkinson que le causará gracia al público que vea Johnny English Strikes Again. De guiar a sus alumnos en un ejercicio de práctica en el bosque a escalar el yate de Volta en botas magnéticas, trabajando como un camarero secreto, a la meticulosamente coreografiada secuencia de Realidad Virtual, las posibilidades son infinitas y están adaptadas a la perfección al genio cómico de Atkinson. “Es ese aspecto físico que les resulta infinitamente divertido a las personas de todas generaciones”, dice Tim Bevan. “Él tiene esa fantástica cara elástica y cuerpo elástico que se presta para la comedia física como prácticamente ningún otro en el mundo.”
Justo cuando Johnny English ataca de nuevo... también lo hace Rowan Atkinson.
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