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Encontrar los actores adecuados para interpretar los papeles fue una experiencia intimidante, particularmente cuando se trató del rol de Freddie Mercury. El papel es desafiante. El actor no sólo tenía que ser capaz de transmitir la complejidad emocional de Mercury, sino que también, dadas las múltiples recreaciones de las presentaciones en directo de Queen en la película, tenía que comprender el movimiento y el baile, que eran de suma importancia para la personalidad que Mercury reflejaba en escena.
Graham King describe el viaje emocional por el que Mercury pasó durante su vida: “Freddie fue un tipo que no representaba nada. Era un luchador. En aquella época no era fácil ser inmigrante en el Reino Unido. No alcanzó el éxito de la noche a la mañana, ni se volvió una estrella de inmediato. Se convirtió en una al no aceptar un ‘no’, al no ser negativo y siempre contraatacar los reveses con algo más grandioso y mejor. Eso fue lo que Queen logró hacer muy bien con su música. Cada vez que pensabas que habías escuchado lo mejor de Queen, una canción nueva salía y te maravillaba”.
Rami Malek, fue el actor que King y los realizadores eligieron para ocupar los zapatos de Mercury. Malek amaba la música y estaba fascinado con respecto a la oportunidad de saber más acerca de este icono musical. “Sabía que Queen era un gigante y que Freddie Mercury era un icono y un héroe para muchos”, comenta Malek. “Pero creo que no comprendía completamente cuán importante es para tanta gente alrededor del mundo. La fanaticada de Queen es inmensa. Siempre fui aficionado de Queen y Freddie Mercury, pero fue sólo cuando comencé a investigar a la banda que me di cuenta que comenzaron en la década de los ’70, cuando todos tenían el cabello largo, las uñas pintadas de negro y usaban atuendos extravagantes. Creo que la mayoría de la gente identifica a Freddie como este hombre musculoso, con el cabello a rape y bigote, camiseta sin mangas, que tenía una tonelada de bravuconería y machismo. También fue asombroso haber podido llegar a conocer las múltiples versiones de él y también su lado muy dulce”.
La inquietud inicial de Malek con respecto a abordar un papel tan icónico se apaciguó poco tiempo después.
“Cuando te das a la tarea de interpretar a Freddie Mercury, piensas, ¿cómo diablos voy a poder llenar esos zapatos?”, comenta. “Lo abordé como si lo hiciera con cualquier otro papel. Así que lo despojé de sus logros en cuanto a sus interpretaciones —su habilidad para comandar el escenario, su canto, su manera de tocar el piano— y encontré en su esencia a un hombre muy complejo, que estaba intentando descubrir su identidad. Eso fue algo que sabía cómo abordar. Si podía partir de ahí, iba a ser capaz de tener los cimientos iniciales que te dan la confianza para hacer el resto de las cosas.
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“Una cosa acerca de Freddie Mercury que es innegable es su magnetismo”, continúa Malek. “Cuando estaba en el escenario, sosteniendo esa mitad de micrófono, o sentado en el piano, se sentía capaz de hacer cualquier cosa. Lo que era mágico acerca de él fue el intercambio que tenía con todos en la audiencia, donde se les permitía sentir la misma cosa —podía llegar a ti, como si hubieras sido la única persona en la habitación— y es ese intercambio lo que lo hace uno de los artistas más únicos, notables y revolucionarios de nuestra época o de cualquiera”.
Graham King concuerda: “Nadie podía comandar una audiencia como Freddie lo hacía. Sabía cómo comportarse para llamar la atención del tipo que se encontraba al fondo del estadio. Pensaba en los marginados. Y todo lo que transmitió lo obtuvo de sus raíces. Me parece que jamás perdió sus orígenes y lo que éstos significaban para él. Y creo que las canciones que compuso fueron parte de la personalidad de Freddie, que decía, ‘sí, podré ser el cantante, pero todos podemos cantar juntos. Todos podemos amarnos. Todos podemos intentar encontrar un lugar en este mundo donde nos podamos llevar’. Y me parece que eso significaba mucho para él”.
Para Malek, uno de los temas más importantes del filme es el sentido de la familia y de cómo ésta protege y abriga. Cuando Paul Prenter es contratado como asistente de John Reid, representante de la banda, el grupo, la familia de facto de Mercury, es hecha pedazos. Prenter engatusa a Mercury para ganarse su confianza y lo alienta a que satisfaga su hedonismo. También convence a Mercury de que deje la banda y que vuele con sus propias alas en Alemania. “La banda ve a Paul como alguien astuto y mañoso”, comenta Malek. “Guio a Freddie por un camino que se volvió muy turbio —las fiestas, los centros nocturnos, las drogas, el alcohol. Basta una visita de Mary Austin, la persona más cercana a él, para que se dé cuenta que las personas que conoce en Múnich no son una familia y que no están tomando en consideración sus intereses. Ahí es cuando Freddie se da cuenta que ha perdido una parte de sí mismo y que ha perdido a la banda, lo que finalmente lo lleva a ajustar cuentas. Se percata de lo mucho que depende de estos otros tipos en su banda y de ella [Mary]”.
Malek estaba muy agradecido de que Brian May y Roger Taylor estuvieran muy involucrados en el filme. “El haber tenido a Brian y Roger en el proceso fue crucial”, comenta. “Nadie domina su historia y a esta banda mejor que ellos, así que su conocimiento fue invaluable. El que hayan estado ahí, animándonos, también fue un estímulo tremendo para nuestra confianza. Saber que estaban ahí, viendo, elevó nuestro juego. Es muy difícil poner la historia de tu vida en manos de extraños, pero sí los llegamos a conocer, y esto generó un nivel de confianza tal, que no queríamos decepcionarlos”.
Cuando se trató de la preparación para las escenas de los conciertos en directo, Malek implementó un método inusual. “Sabía que iba a tener que cantar, de hacer un acento británico, de moverme por todo el escenario, por lo que era evidente que iba a necesitar a un entrenador de movimiento”, comenta. “Me reuní con Polly Bennett y de inmediato nos llevamos bien”.
Como entrenadora de movimiento, Bennet ayudó al actor a identificar e interpretar cómo se movía Freddie Mercury. “El movimiento no sólo es la interpretación”, explica Bennett. “Es todo lo que el personaje es y siempre ha sido”.
Bennett comenzó viendo la herencia de Freddie Mercury, específicamente lo que ella apoda su herencia de movimiento, en la que todo recuerdo de cómo una canción fue interpretada influiría en la forma en la que Malek lo iba a hacer.
“Rami y yo pasamos por ese proceso con todas las canciones, en el que nos detuvimos a pensar qué fue lo que le sucedió a Freddie antes de un momento en particular, lo que nos iba a indicar el estado de su cualidad física. Rastreamos todos los eventos que le sucedieron desde la década de los ’50 hasta 1985, que es cuando la película termina, para ver cómo iban a impactar ese carácter físico”.
Bennett menciona que el hecho de que Freddie haya sido durante su infancia boxeador, golfista, corredor de larga distancia, afectó sus movimientos más tarde en la vida. “Puedes ver los golpes en sus presentaciones, puedes ver cómo alza sus rodillas cuando corre y cómo, en ocasiones, usa el micrófono como un palo de golf. Todo esto es evidencia de su memoria muscular física. Además, fue criado en Zanzíbar con una cultura específica, y eso se demuestra en su uso de ornamentos y colores en su ropa. También nos dimos cuenta de los pequeños trucos que hacía para cubrir sus dientes, especialmente durante los primeros años, y cómo pierde eso conforme envejece y adquiere una mayor confianza en sí mismo, al cantar con una boca mucho más amplia y sonriendo en escena”.
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En su investigación también salió a relucir el amor de Freddie por Liza Minnelli y la película Cabaret, su interés en el trabajo del director/coreógrafo Bob Fosse y su admiración por la ópera y sus divas glamorosas, al igual que por sus coetáneos Mick Jagger y David Bowie. “Rami y yo trabajamos en darle a sus interpretaciones de principios de la década de los ’70 un poco de la silueta de Bowie aquí o el movimiento de la mano de Liza Minnelli allá, que después desaparecieron conforme comenzó a aceptar su homosexualidad. Tienes que recordar que la homosexualidad sólo fue despenalizada cuando él tenía veinte años, y hubiera tenido un gran efecto en su sentido del espacio y actitud con otras personas. Pero conforme compone más canciones y se vuelve famoso, se hace más audaz”.
Las escenas de Live Aid le presentaron sus propios retos a Bennett, especialmente porque se dieron justo al principio del rodaje. “Freddie se presentó frente a esa gran audiencia”, recuerda, “así que tuve que llevar a Rami a un lugar donde podía ser ligero y ágil, y vivir el momento. Comenzamos trabajando en ‘Radio Ga Ga’, y en aproximadamente tres horas ya se lo sabía de memoria —cada mirada, cada vuelta, cada movimiento rápido del micrófono. A partir de ahí, todo lo aprendió bastante rápido, y se volvió completamente fluido, orgánico y espontáneo, por lo que impregnó el estadio y se dirigió a todos los que estaban ahí. El verdadero reto para él fue encontrar el aguante para continuar”.
Una de las escenas más divertidas para Bennett fue la interpretación de “Killer Queen” en Top of the Pops. “Ahí, Freddie es muy llamativo”, comenta. “Sale con abrigos de piel, barniz de uñas, anillos, adornos y el cabello largo. Está muy delgado y se muestra taimado, así como un aplomo y postura que le aportan elegancia. Rami es completamente opuesto a eso, así que disfrutó mucho explorar ese campo. De igual manera, Freddie no tenía la presión de cantar en directo porque estaba haciendo playback, así que podía sobreactuar”.
La colaboración con Bennett probó se indispensable para Malek. Como el actor lo explica: “No queríamos una imitación de Freddie, sino entender por qué hizo lo que hizo. Así que, el haber visto a todos esos intérpretes, películas y coreógrafos que influyeron en él, fue tremendamente útil para llegar a la esencia de cómo se movía y se desempeñaba en las canciones”.
La culminación de su dedicación fueron las escenas de Live Aid. “Haber salido a ese escenario para las escenas de Live Aid fue el sentimiento más extraordinario”, dice Malek. “A pesar de que con contábamos con una audiencia, fue completamente estresante. Pero también muy estimulante. Digo, habían recreado el escenario al dedillo, así que te da la impresión de que todo es real”.
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