La película lleva la locura y la inventiva de los cómics a la pantalla grande
Esta semana se estrena Ant-Man y la Avista: Quantumanía, la tercera entrega de Scott Lang (Paul Rudd) y compañía, así como la película con la que inicia la Fase 5 del UCM, la cual promete traer eventos como The Kang Dynasty y Secret Wars, lo que abre una posibilidad de historias y peleas alucinantes.
Bajo la dirección de Payton Reed, esta entrega comienza con Scott Lang ya recuperado de la impresión de haber quedado atrapado en el Reino Cuántico, siguiendo adelante después de los eventos de Infinity War. No obstante, el tiempo que ha pasado lejos de su hija, Cassie (Kathryn Newton) le han cobrado factura en su relación. Ahora, un pequeño experimento de su hija junto a Hope (Evangeline Lilly) y Hank (Michael Douglas) los hará regresar al Reino Cuántico para descubrir que hay mucho más de lo que se imaginan, incluso secretos de los que Janet (Michelle Pfeiffer) buscaba proteger a su familia.
Si has estado al pendiente de los trailers y las series de Marvel (específicamente Loki) seguro sabrás que esta cinta nos muestra de lleno a un personaje que fue introducido hacia el final de Loki: Kang el Conquistador, interpretado por Jonathan Majors, quien lo hace increíble al caracterizar a un personaje ambivalente y poco confiable, sin mencionar los poderes que muestra a lo largo de la historia. Ciertamente, Kang no es Thanos y habrá que ver la manera en que se muestra más de él a lo largo de los siguientes proyectos, pero sin duda es un personaje con la talla para poner en aprietos a los héroes más poderosos del planeta.
Aquí también se explora el Reino Cuántico como algo más que un recurso para hacer avanzar la historia; conoceremos los habitantes de este lugar, incluyendo personajes como Jentorra (Katy M. O’Brian) y algunas criaturas entrañables. Un comentario muy común es que este mundo recuerda mucho a Star Wars, y ciertamente hay un aire que recuerda diversos escenarios de la popular saga, incluso algunos vestuarios, lo que puede jugar a su favor como una aventura llena de criaturas alocadas y rebeliones, pero también puede que le cueste distinguirse de, por ejemplo, un planeta más en las misiones de los Guardianes de la Galaxia, pues en ocasiones es fácil olvidar el origen de este mundo.
Sin embargo, hay que reconocer que todo el arte, diseño y efectos especiales detrás de este mundo luce increíble, nos recuerda el lado más alocado de Marvel donde tantas cosas son posibles que coquetea con el absurdo, y eso es divertido. En cuanto a la sección de bromas (algo que se ha vuelto un punto de controversia en Marvel) ciertamente esta es una de las cintas donde hay chistes y juegos de palabras cada dos por tres, pero podría decirse que van bien con el resto de la actitud de la película, además de que caen en momentos oportunos.
Pienso en la mayoría de las películas de la Fase 4 (sobre todo hacia el final de la misma) y creo que si bien Marvel ha empezado a caer en una especie de hartazgo o desinterés y algunas producciones se sienten como una transición hacia algo más grande que no termina por mostrarse del todo; esta película logra mostrar una aventura “en solitario” (o más bien, en familia) de un héroe a la vez que muestra la antesala de un conflicto mayor, sin perder el equilibrio entre ambas cosas.
Si bien, el final hace que llegue a sentirse como “una aventura más” en la vida de Scott Lang, sin que haya alguna especie de cambio notorio en el personaje (esta parte se la llevan más otros personajes que ahora cobran más fuerza) llega a ser bastante disfrutable, con escenas alucinantes y un poco más de experimentación en cuanto al rol que tiene el Reino Cuántico y los Multiversos en esta nueva etapa de Marvel.
Si te lo preguntas, la película cuenta con dos escenas post créditos, así que te recomendamos tener paciencia y quedarte hasta el final.
