El Mono: la nueva adaptación de Stephen King tiene un sangriento sentido del humor
- DroideTV
- 22 feb
- 3 Min. de lectura
Theo James interpreta a un hombre atormentado por una singular maldición familiar en El Mono

Este fin de semana se estrena El Mono una nueva adaptación al cuento homónimo de Stephen King. En esta ocasión, Osgood Perkins (Longlegs) dirige y escribe el guión adaptado de la cinta, la cual parece contar con la bendición del escritor. Pero ¿exactamente qué puedes esperar de una historia que gira en torno a un mono de juguete?
Esta historia nos presenta a los gemelos Hal (Christian Convery) y Petey (Colin O’Brien) dos polos opuestos que definitivamente preferirían estar lo más lejos posible de no ser por su madre Lois (Tatiana Maslany) a la que ambos adoran. Un día, mientras los niños juegan con las cosas del padre que los abandonó, encuentran un misterioso juguete que cambiará sus vidas de maneras inesperadas. Años después, Hal (Theo James) deberá hacerle frente al terror que ha marcado sus decisiones y relaciones desde entonces.
La cinta tiene un tono peculiar, algo al borde de lo caricaturezco al estilo de Maligno pero con un toque de aquella nostalgia e inocencia que nos hizo amar Teléfono Negro. La tragedia forma parte importante de la construcción de los personajes, pero el desarrollo está cargado de un humor negro que no teme ensuciarse las manos como si se tratara de una serie B. De alguna manera, Perkins se las ingenia para que todo encaje y termine con un conmovedor mensaje.
La cinta está marcada principalmente por el humor, un humor tan extraño y oscuro que probablemente te haga levantar la ceja al principio. Aquí lo amas o lo odias, pero seguramente encontrarás algunas de las líneas y los remates más singulares. A la par del humor, la cinta ofrece altas dosis de sangre de las maneras más irreverentes y extrañas que puede. Si Destino Final busca maneras intricadas, pero mínimamente creíbles de acabar con sus personajes, aquí no hay temor de llegar a lo ridículo, lo caricaturesco o extraño, ese es su tono y lo abraza completamente.
Por esta razón, las actuaciones también son peculiares. Hay una clara división entre los adultos y los niños en la cinta, siendo estos últimos los que suelen cargar el lado emocional que hace que puedas preocuparte por los personajes. El trío de Convery, O’Brien y Maslany se encargan de lo más dramático y genuino para dar paso a lo demás, incluyendo a un Elijah Wood en un personaje que te hace partirte de risa. Theo James se ve duro, pero justo este matiz cerca de lo acartonado le da un aire especial, sin mencionar que en su caso particular interpreta dos personajes que son como dos fuerzas de la naturaleza en constante tensión. En lo personal, mi favorito fue Petey adulto, diría que es la esencia de la película.
Esta es una cinta peculiar: ahí están muchos elementos que podemos reconocer de la pluma de King, pero no es una película de “terror” con el abordaje que solemos esperar, es más una comedia de terror que se divierte a la hora de jugar con las convenciones de este tipo de cintas y aunque siempre está a un paso de volverse un churro, se trata de un abordaje bastante consiente, aunque queda en cada uno la reacción que les pueda provocar.
En general, una película divertida con muertes alocadas garantizadas, pero que jamás se olvida de que el foco de su historia es la familia, las pérdidas y el afecto pese a todo lo disfuncional que pueda ser una familia o si son traumatizados por algo tan extraño como un mono de juguete.

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