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Foto del escritorDroideTV

Entrevista: Alma Mancilla presenta "El verdor" en FIL Guadalajara

Alma Mancilla explora en la novela de horror "El verdor" el duelo y la maternidad, pero también el lado más punzante de lo femenino.


En "El verdor" de Alma Mancilla, una misteriosa comunidad que se hace llamar la Asociación es la encarga de administrar la exhacienda en la que Irene, mujer que lleva la muerte de su hija Ana a cuestas, decide pasar unos días en busca de paz. Con el duelo aún a flor de piel y el pesar de un matrimonio moribundo, pronto comienza a notar que ese lugar a las orillas del bosque guarda varios secretos inquietantes. Entre la hierba crecida y el lago pútrido se mueve una presencia que reclama vida, o muerte. Y, muy a pesar de Irene, Ana no dejará de aparecer en sus pesadillas.


¿Cómo surge la inspiración?

Cuando uno piensa en la inspiración de las novelas a veces es complicado dar una respuesta concreta, porque hay muchos temas que algunos son complejos, que uno viene arrastrando desde libros anteriores, entonces la inspiración primero son esas obsesiones diría yo recurrentes, que uno ya trae de una novela previa o en un cuento que quise explorar más aquí. Pero si yo tuviera que pensar en un detonante primero lo que yo quería era que fuera una novela de terror perturbador cuya principal aportación diría yo era construir esas atmósferas maravillosas, en las que lo inquietante, lo perturbador, se ubicaba en la naturaleza. Eso ahora a veces se llama eco terror que en realidad no es nada nuevo. Yo quería escribir una novela con Una atmósfera así, no sé si lo logré porque al final se fueron metiendo esas otras obsesiones, la cuestión de la maternidad por ejemplo, la cuestión de lo metamórfico.


Hablando de la maternidad es interesante como muchas escritoras abordan otros tabúes u otras situaciones de la maternidad que no son tan abordadas, dentro del terror ¿sientes que hay cierta liberación o cierto espacio que no se tiene comúnmente?

Por supuesto, porque el horror te permite abordar en clave de fantástico, diría yo, temas de los que no hablarías de otra forma, eso hablando también de ejemplos muy claros. Hay otra autora, Charlotte Perkins Gilman que tiene un título maravilloso, es un cuento que se llama "El tapiz amarillo" y fíjate que trata de una autora del siglo XIX, el cuento habla de una depresión postparto, pero nunca nos dice: les voy a hablar de ello, nunca menciona el término, lo que hace es elaborar el escenario de lo que está atravesando en este episodio, síntomas que tú y yo reconoceríamos, pero es que en esa época no se hablaba de ello, creo que el término como tal no existía, entonces lo que ella hace es poner la clave de lo fantástico en eso. Te las transmite de manera maravillosa el terror en particular, traducir a un monstruo visible digamos, eso de lo que no puedes hablar porque tiene que ver con cuestiones muy íntimas, el terror lo permite de maravilla.


Eres antropóloga y dentro de esta novela tenemos un culto ¿cómo fue construir o en qué te inspiraste para tener este segmento y esta parte del ser humano?

Yo soy antropóloga y además de las religiones, entonces para mí digamos esas búsquedas son como una continuación natural de las búsquedas académicas, así que yo siento que sigo trabajando, leyendo, elaborando, siguiendo los mismos temas que ya me interesaban: el folclor, la cuestión de la creencia, la idea de lo sagrado, además como en una dicofonía en donde lo sagrado no solamente es algo que inspira veneración pero también temor, lo sagrado en el sentido antropológico del tema que inspira eso que llamamos el sobrecogimiento.


Creo que lo que hago es traducir a la ficción, esas preocupaciones que ya tenía yo, pero vienen de ahí, mucho del bagaje de los elementos que tenía o que venía presentando en ficción provienen de ahí, provienen de lecturas más de índole académica, más de índole histórica y uno tiene ejemplos de grupos de ese tipo en el caso de lo que llamamos las sectas ocultas donde la realidad termina superando la ficción.


¿Sientes que la naturaleza puede llegar a ser sobrecogedora?

Por supuesto yo creo que si hay algo que inspira es el sobrecogimiento de la naturaleza finalmente uno puede incluirle cualidades pero la naturaleza perse ya sin nada de eso es sobrecogedora.


¿Cómo es toda esta psicología alrededor de la protagonista?

La protagonista es lo que yo llamo un personaje roto, es una protagonista de cierta edad, ya no es una mujer joven, que vive en un matrimonio del que ya está insatisfecha, eso queda muy claro desde el principio y que además perdió una hija; yo creo que hablando de la maternidad no me puedo imaginar nada más espantoso que la pérdida de un hijo. Ella viene con este duelo, con esta fractura y en ese estado diría de vulnerabilidad, con la herida, ella llega a esta ex hacienda en terreno boscoso donde se va a encontrar con algo que ya no busca, es muy curioso porque es algo que ella no busca pero a veces yo pensaba ¿será que no lo busca pero lo necesita? que ofrece finalmente una cierta forma de consuelo, una forma de trascendencia.


¿Qué obsesiones tienes?

Es muy curioso porque yo siento que tengo múltiples obsesiones, la figura de la bruja por ejemplo esa es otra de mis grandes obsesiones, se me sigue apareciendo en ideas que quiero trabajarla, la figura de la madre oscura, de la madre monstruo de la madre terrible y en general estas búsquedas que tienen que ver con la creencia religiosa son como mis obsesiones más recurrentes y siguen siendo esas. No sé si no me veo haciendo una cosa distinta, seguramente sí, pero esas son las que prevalecen, otra cosa también que me interesa mucho tiene que ver con la cuestión de la debacle del entorno natural y con las posibilidades que tendría la especie humana en ese devenir. Creo que esa es una realidad de que el entorno como lo conocemos está en proceso no de desaparición sino qué quedará de la especie humana o hasta donde la especie humana tiene una posibilidad de prevalecer, esa es una cuestión que traigo en la cabeza mucho, sobre todo en el último año y medio en que a mí me gustaría pensar en algo sobre eso específicamente, que es algo que quizá no está tan presente en el trabajo que hago.


¿Más que escritora te consideras lectora?

Si yo tuviera que escoger entre escribir y leer sin duda sería la lectura, no podría yo sin la lectura, soy una lectora voraz me encanta, de verdad que para mí ese es el elemento cotidiano.



Andrea Rodriguez

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