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Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma, una aventura alocada y nostálgica

La nueva entrega Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma junta a las dos generaciones de cazafantasmas para vencer un mal ancestral


Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma

Este fin de semana se estrenó Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma la secuela directa de la recuela Ghostbusters: El Legado donde la familia Spengler se asume completamente en sus roles como cazafantasmas y regresan a la ciudad donde comenzó todo: Nueva York. Gil Kenan (Monster House, El chico que salvó la Navidad) regresa como director y guionista junto a Jason Reitman.


La cinta sigue a la familia Spengler, los descendientes de Egon Spengler quienes mantienen vigente el negocio familiar, con Gary (Paul Rudd) como pareja de Callie (Carrie Coon) mientras sus hijos Trevor (Finn Wolfhard) y Phoebe (Mckenna Grace) se adaptan cada uno a ser cazafantasmas y adolescentes. Todo parece estar bajo control hasta que un artefacto antiguo con el poder de regresar al mundo a la Era de Hielo obliga a ambas generaciones de cazafantasmas a unir fuerzas.


En primer lugar, vale la pena mencionar que esta nueva era de los Cazafantasmas a tomado un tratamiento diferente que pudo verse en El Legado y continúa con Apocalipsis Fantasma. El concepto de una familia de cazafantasmas llega a ser interesante por todo lo que está en juego para ellos, aunque en este caso también implica centrarse en los adolescentes, algo que se puede disfrutar o chocar según las expectativas que tengas de la cinta.


Personalmente, creo que es una decisión interesante, con cierta dosis de drama al estilo coming of age que le aporta diversas capas a la película: por un lado tenemos al misterio alrededor del artefacto, por otro lado tenemos los problemas familiares y la manera en la que cada uno de adapta a su vida actual. No obstante, buena parte del protagonismo se lo lleva Phoebe, un personaje sin duda interesante a quien Mckenna Grace sabe darle un toque especial, más aún en sus momentos de soledad, pero que como buena adolescente, puede no agradarles a todos los espectadores, especialmente los de la vieja guarda. Phoebe está a la mitad entre un prodigio o alguien imprudente.


En cuanto a la narrativa, la historia sigue un arco clásico más o menos predecible conforme avanza la trama y se nos revela más información, pero tiene un sumo cuidado en utilizar cada uno de sus detalles para atarlos con cuidado. Todo tiene una razón de ser en esta cinta.


Ahora bien, la aparición de los cazafantasmas originales se siente menos heroica en esta entrega, con algunos momentos graciosos y algunos personajes destacados; sin embargo, también hay momentos en los que pareciera que sólo están a modo de cameo. Por otro lado, no se cuelga de la nostalgia ni trata de calcar sus éxitos pasado, incluso se podría decir que es una de las pocas cintas con un buen balance entre lo anterior y lo nuevo,


El diseño de los fantasmas reluce, especialmente en el antagonista, el cual se muestra imponente y aterrador. En general, el apartado visual de la película es bastante bueno. Así pues, es una cinta que resulta consistente con la entrega anterior, pero al mismo tiempo le da un aire nuevo al desarrollo de las otras cintas, por lo que para algunos podría resultar decepcionante y para otros brillante. Teniendo esto en cuenta, es una cinta entretenida con varios momentos de risa y un peculiar estira y afloja entre el drama y la comedia.


Andrea Rodriguez

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