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  • Foto del escritorDroideTV

M3GAN: James Wan le da un nuevo rostro a los muñecos aterradores

La historia se centra en la confianza ciega que la sociedad le brinda a la tecnología

En los últimos años las IA han hecho todo un revuelo debido a la ética con la que se manejan y sus posibles consecuencias para ciertos trabajos. La tecnología nos asombra y nos aterra al mismo tiempo. Inspirado en la manera en la que este tipo de avances han sacudido nuestra sociedad, James Wan (la mente detrás de franquicias como Saw, El Conjuro y La Noche del Demonio) imaginó una historia a la que después Akela Cooper se encargaría de darle guión: M3GAN.


Producida por Jason Blum y James Wan, la cinta cuenta con la dirección de Gerard Johnstone, siendo así su segundo largometraje después de Housebound. La historia nos muestra a Gemma (Allison Williams) quien trabaja desarrollando juguetes robóticos y se encuentra haciendo pruebas de su idea más revolucionaria cuando un accidente le arrebata la vida a su hermana y le otorga la custodia de su sobrina, Cady (Violet McGraw).


Ante la presión de su trabajo y sus dificultades para ayudarle a Cady a adaptarse a su nueva vida mientras está en duelo, Gemma decide matar dos pájaros de un tiro y le presenta a su sobrina a M3GAN una muñeca hiperrealista con la capacidad de aprender y reaccionar espontáneamente “la mejor compañera de un niño y la mejor aliada de los padres”. Así, M3GAN parece tener respuestas para todos, pero pronto descubrirán de todo lo que esta muñeca es capaz, y no será un simple juego.


A primera instancia, la premisa de este filme recuerda inmediatamente a Chucky, el muñeco diabólico y en cierta medida a Annabelle, pero ciertamente la recién llegada sabe tomar su propio camino. Aquí la tecnología no es un simple justificante para hacer que M3GAN sea una temible asesina sedienta de sangre, sino que se vuelve en todo un tema de debate al estilo de Black Mirror.


La película tiene una perspectiva interesante del adulto contemporáneo que en su desesperación por balancear su carrera y sus metas con su familia opta por usar los avances tecnológicos como una especie de niñera/distractor sin establecer límites ni filtros y la manera en que los niños, que aún se encuentran en una etapa de desarrollo, pueden generar un fuerte apego a estos equipos. Para Gemma, M3GAN es un simple juguete, algo que puedes apagar y encender, pero para Cady es su mejor amiga.


Ahora bien, plantear este escenario toma su tiempo, por lo que aquellos que esperan ver asesinatos cada dos por tres tendrán que ser pacientes, aunque ciertamente hay secuencias interesantes en este apartado, donde la muñeca se pone creativa a la hora de desquitarse con las personas que se cruzan en su camino.


El diseño de M3GAN también toma una dirección interesante, ya que a diferencia de Annabelle que de buenas a primeras resulta inquietante, la robot resulta bastante estética, incluso tiene un amplio guardarropa al estilo de las muñecas de porcelana. Fuera del valle inquietante que pueda ocasionar en algunos, el encanto en este caso es una apariencia tierna y dulce que en cierto momento decide tomar medidas drásticas y para ello se vale de todas las habilidades en su arsenal.


En resumen, si bien en momentos el guion es bastante benevolente con las protagonistas, es una historia que sabe justificarse bien dentro de sus parámetros donde el peligro se presenta en diferentes facetas: no se trata de la muñeca per se, si no de la manera en la que se emplea. Una historia para pasar un buen momento de adrenalina y pensar un poco en qué tan cerca estamos de combatir nuestra falta de conexión con los demás a base de IA y silicón.




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