La narración semeja situaciones de la violencia actual en México y los intricados tentáculos que corrompen su sociedad.
"Morir matando", la obra póstuma de F.G. Haghenbeck comienza con la historia de un ataque sangriento en una fiesta infantil de la clase alta de México. Ocurrió en el refinado Fraccionamiento Vista Verde en los suburbios de la capital jalisciense. El atentado fue perpetrado por un comando armado y dejó como saldo 19 fallecidos y 7 heridos. Fue uno de los casos con mayor cobertura de todos los medios. Todo mundo hablaba de la “Masacre de la Piñata” hasta que otra nota roja dejó el suceso en el olvido. Y como en muchos casos, no hubo un solo detenido y tampoco se resolvió el crimen.
El caso no concluye ahí, la acción comienza cuando la única sobreviviente de la “Masacre de la Piñata”, Renata de la Colina, queda a cargo de un sicario apodado Lobo y de nombre Damián Ross. Este hombre tendrá que proteger la vida de la niña y al mismo tiempo urdir una venganza entre lavadólares, funcionarios corruptos y empresarios sin escrúpulos.
Pablo Martínez, editor en jefe de Editorial Océano conversó con nostros acerca de la nueva publicación, y sobre la huella que ha dejado el escritor mexicano, "creo que Haghenbeck fue una personalidad muy interesante en el ámbito literario, porque era una persona que hacía muchos trabajos distintos en los medios creativos, tenía formación de artista gráfico y dibujada, estuvo involucrado en el cómic a veces dibujando pero sobre todo como guionista. Luego él irrumpe en la literatura y se dirige sin ningún empacho, sin pedir disculpas, porque tenía un gran gusto por los distintos géneros literarios, que algunos consideran más comerciales o menores, pero que sin duda alturas son géneros que en distintos momentos han tenido un papel muy importante para la formación".
Recuerda que en sus conversaciones acerca de la literatura, Francisco le compartía su opinión en que ciertos círculos literarios se cierran "a cualquier cosa que parezca una obra más comercial y no se dan cuenta del valor que tienen grandes obras simplemente porque las encasillan" Destacando por ejemplo su gusto por "Arráncame la vida" de Ángeles Mastretta, que en algún momento alguien en la crítica "se le ocurrió que era una novela ligera porque de romance y escrita por una mujer, más desde una perspectiva un poco misógina".
"Francisco era alguien muy curioso, abierto y generoso con su conocimiento, también era un comunicador, era alguien que entendía que a veces es medio literario puede tener sus partes un poco hostiles o difíciles, pero la entendía como una comunidad y que acercarte a un colega escritor es acercarte a alguien que tiene tanta curiosidad como tú. Era una mente que no se podía quedar quieta y que por lo tanto produce en el terreno literario una obra muy vasta y diversa".
La historia detrás de la publicación de "Morir matando", una novela cuya narración semeja situaciones de la violencia actual en México y los intricados tentáculos que corrompen desde los estratos sociales más bajos hasta las altas esferas políticas y empresariales, comenzó meses después del fallecimiento del autor a principios del año pasado, "recibimos una publicación por parte de su agente literario, la viuda de Paco había estado trabajando en sus documentos, en ordenar sus archivos, y estaba esta novela en la cual había estado trabajando durante los últimos años. Y es que él trabajaba regularmente en varios proyectos al mismo tiempo, primero porque tenía muchísima ansiedad por escribir y era muy prolífico, si se le ocurrían tres proyectos no podía dejar de trabajar en los 3 al mismo tiempo. Esta es una novela que le costó mucho trabajo porque es un poco distinto a todo el abanico al que él estaba acostumbrado, precisamente por tratarse de la realidad, la más complicada en el país".
Al darse cuenta de que estaba terminado, que tenía un final redondo y una nota final, dejó de ser un documento como una curiosidad para especialistas o un fragmento y se convirtió en un libro que hubo que evaluar para ver si era posible llevarlo a su público más amplio. "Cuando lo recibimos fue primero una sorpresa el encontrarnos con ella y la leímos con mucha avidez. Nos encontramos con la doble sorpresa primero que en efecto la novela estaba terminada y la pregunta que nos hacíamos era ¿la novela le hace justicia al escritor y a sus lectores? y la conclusión fue que sí".
Hay una nota final escrita por Francisco que dice "es de mis pocas historias que suceden en la actualidad llena de referencias y situaciones de nuestra realidad política y cotidiana, siempre he dicho que me siento incapaz de comprender mi hoy, que me siento más agusto en el pasado pero la realidad me alcanzó y debía hablar sobre ella, sobre este país que nadie entiende, pero del que todos opinan". Pablo añade que este mensaje se ve reflejado en todo el libro, incluso hay algunos pasajes que se sienten muy difíciles, "a lo mejor amargos, frustrados. Aunque tiene algunos elementos que son deliveradamente cercanos al absurdo, es una novela que está concebida en nuestra realidad. Él se imagina una serie de historias y de personajes, y crea una novela de carretera, de persecución que dice muchas cosas sobre nuestro México moderno y violento".
Los libros publicados por Editorial Océano incluyen la trilogía de Sunny Pascal, Trago amargo, El caso tequila, Por un puñado de balas, sobre un detective que presta sus servicios a la gente del viejo Hollywood, "por ejemplo la primera novela se desarrolla en la filmación de "La noche de la iguana" en Puerto Vallarta, la tercera tiene que ver con los spaghetti western, lo contratan para hacer la seguridad de la película "Por un puñado de dólares" de Sergio Leone en Armería, España. Además de ser bastante violentas y estrambóticas, en cada capítulo hay una receta de un cóctel y de una canción que debe escucharse mientras se toma este cóctel, entonces tiene ese gusto de abarcar todas las aristas de la cultura popular".
El libro secreto de Frida Kahlo, Deidades menores ganadora del Premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero 2014 también están disponibles en la editorial. Para finalizar Pablo Martínez, editor en jefe de Editorial Océano comparte que siempre fue un gusto trabajar con el autor, "era muy trabajador, no solo escribía mucho sino que estaba siempre muy al pendiente de todo el trabajo en el proceso editorial; por otra parte tenía una vocación que se reflejaba en su escritura y también cuando hablaba con la gente. Odiaba lo aburrido, no le gustaba que sus libros tuvieran páginas aburridas y si encontraba algunas las quitaba, ni siquiera se ponía a pensar si podría encontrar algo en ese pasaje. Si no decía nada sobre el personajes, si no avanzaba la acción, la retiraba. Creo que eso era parte de su misma actitud, un respeto por el tiempo de los demás y una generosidad para llenar los espacios que tenía de la manera más amable y enriquecedora".
