El filme se centra en uno de los temas más populares del momento: humanos vs IA
Este jueves 28 de septiembre se estrena Resistencia (The Creator) la nueva cinta de Gareth Edwards (Monsters, Godzilla, Rogue One. Una historia de Star Wars) con un guión original de su propia mano junto a Chris Weitz. La película ha generado mucha expectativa entre los fanáticos de la ciencia ficción con la posibilidad de que Edwards nos muestre esa magia que logró plasmar en Rogue One.
La historia nos presenta un mundo donde la IA ha formado parte de la vida cotidiana durante bastantes años, generando robots altamente sofisticados. Pero cuando Estados Unidos decide prohibir las IAs comienza una encarnizada guerra contra las máquinas y sus aliados humanos, teniendo en la mira a Nirmata, quien crea las IAs y continúa desarrollando su tecnología. Cuando la armada de Estados Unidos descubre que Nirmata ha desarrollado un arma que podría terminar con la guerra, mandan a un equipo para neutralizarla antes de que las IAs acaben con ellos.
El reparto está encabezado por John David Washington y Gemma Chan, junto a Madeleine Yuna Voyles, Ken Watanabe, Alllison Janney, Sturgill Simpson, entre otros. Voyles logra una bella actuación en un rol bastante complejo, aunque Washington en momentos se siente inexpresivo y no logra convencer, por su parte, Janney y Watanabe son bastante buenos en sus respectivos papeles, incluso como personajes secundarios logran darle emotividad a varias escenas, así como otros actores que, aunque tienen apariciones pequeñas, son importantes para entender la evolución del protagonista.
En cuestión de construcción de mundo, está especie de distopia es todo un espectáculo visual, con algunas reminiscencias a Rogue One, pero también con un estilo propio claramente delimitado. Vestuario, efectos especiales y fotografía realmente se lucen para mostrar un mundo del que quieres saber más y que te mantiene atento de lo que está pasando en pantalla.
En cuanto a la historia, quizás su mayor talón de Aquiles sea el ritmo, ya que la película va manteniendo cierta cadencia durante la mayor parte, alternando entre el drama y la acción, pero el acto final se siente acelerado, como si quisieran terminarlo rápido y por lo tanto es la parte en la que aparecen más conveniencias sin mayores respuestas.
La película tiene el tino de abordar uno de los terrores modernos en auge ¿la IA nos reemplazará? ¿Llegaremos a olvidar la línea que separa lo artificial de lo natural? Incluso el tratamiento resulta interesante con un contraste entre una sociedad donde las IAs conviven con los humanos y los protegen, frente a otra que los ve como simples objetos pero teme su potencial para superarnos y exterminarnos.
No obstante, en momentos la historia cae en algunos clichés y momentos predecibles que hacen que resalten similitudes con otras obras como Avatar o la propia Rogue One. En todo caso, es una propuesta interesante que te puede hacer pasar un buen rato y seguramente abonará a la actual discusión sobre las IAs.
