Sus fortalezas se convierten también en sus debilidades en una cinta donde Stewart lleva el peso sin problema de una historia que se pierde en su oscuridad.
Una tripulación de seis integrantes queda atrapados en una instalación submarina que se está inundando a gran velocidad como consecuencia de un sismo devastador. Su única oportunidad para sobrevivir es caminar a través del suelo marino hasta una lejana plataforma petrolífera abandonada. Además de los retos físicos que implica el viaje, descubren rápidamente que están siendo cazados por depredadores marinos míticos y monstruosos, dispuestos a matarlos.
Son muy obvias las inspiraciones que toma el filme para su creación, la más obvia es “Alien” incluso en el aspecto de la protagonista, en su vestuario escaso y en algunos momentos de reacción que se sienten similares. Sin embargo es obvio que esta nueva cinta no llega al nivel de la mencionada más allá de las comparaciones.
Su mayor virtud es la ubicación de la historia, que ayuda a crear un ambiente que le da un peso que no logran el resto de sus elementos. El terror bajo el agua, la impotencia de estar sumergidos, y la poca visibilidad en general, no sólo del monstruo que en realidad nunca se ve en su totalidad. Gracias a ello, el sentido del misterio y el suspenso se mantiene en automático, desafortunadamente después de un rato ese mismo desconocimiento se vuelve pesado y aburrido.
Hay una escena en la que nos muestran lo que parece ser una de las criaturas marinas en su primera etapa de crecimiento, y eso nos da la idea de que estaremos frente a monstruos inolvidables pero nunca sucede.
La acción comienza desde la primera escena, debido a la precipitación es complicado conocer bien a los personajes y encariñarse con ellos, porque su lado íntimo es explorado muy tarde. Los primeros sacrificios no tienen repercusión porque en realidad nunca hubo un enganche con ellos, además de seguir el cliché de quien muere primero en las películas de terror.
En actuaciones no hay problema con que Kristen Stewart cargue con la película, quien saca provecho del material mostrando una gama de emociones acorde a los diferentes picos de la trama. Quien sobra como siempre es T.J. Miller quien parece ser el personaje del respiro cómico pero en ningún momento es gracioso, el tono de este actor siempre es el mismo en cualquier producción a la que sea incluido y aquí brinca con el tono de por si inestable del filme, cada momento en el filme hace esperar a que se convierta en el siguiente sacrificio que demanda la trama, hasta que por fin sucede pero es quizá ya demasiado tiempo en pantalla.
Un filme que sigue todas las reglas del género por lo cual hay pocas sorpresas. Te sumerge gracias a la acción sin pausa en la primera hora, después la emoción cambia a querer que los personajes salgan a la superficie porque se vuelve más denso seguir una historia que no nos da siquiera un momento de iluminación, tanto física como emocional.
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