Silvia Pinal participó en varias comedias musicales: ¡Ring, ring!, Llama el amor; Irma la dulce, Mame, Annie es un tiro, ¡Qué tal, Dolly! y Gypsy
Aunque ha recorrido gran parte de su carrera teatral interpretando los personajes que han llamado su atención y en proyectos producidos por ella, Silvia Pinal inició su paso por los escenarios como cualquier otro colega, desde abajo.
Pinal estudió la carrera de arte dramático en el INBA; y la primera vez que apareció en el escenario del Palacio de Bellas Artes fue como extra en un montaje de Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare.
Nuestra Natacha fue la primera obra que ensayó con un grupo de compañeros, en la cual el productor Jorge Laverne le ofreció su primer estelar en Los caprichos de Goya. La primera obra por la cual cobró un salario, siendo su primer trabajo profesional, se llamó El Gallinero.
Otro título dentro de su naciente etapa estelar fue Fausto y Margaritajunto con Miguel Manzano y Emperatriz Carvajal. También era de las actrices solicitadas para los montajes de Don Juan Tenorio, interpretando el papel de Doña Inés alternando con actores famosos de la época como Jorge Mistral y Paco Sierra, entre otros. El montaje de El cuadrante de la soledad, de José Revueltas, fue su primera obra en cooperativa; la puesta contó con decorados escenográficos de Diego Rivera, la música de Silvestre Revueltas y la participación de actores de renombre, como Prudencia Griffel. Rentaron el teatro Rafael Banquells el 5 de diciembre para llevar a cabo el montaje de obras clásicas como Anna Christie, de Eugene O’Neill, con Wolf Rubinskys.
Después de haber participado en importantes montajes de cámara, Silvia Pinal se enfrentó al reto de incursionar en un género repudiado por muchos: la comedia musical, siendo su primer título Ring, ring llama el amor, producida por Emilio Azcárraga Milmo, Luis DeLlano Palmer y René Anselmo, en el Teatro del Bosque, haciendo mancuerna con Guillermo Rivas, Luis Gimeno, Manuel Loco Valdés y Armando Pascual.
La buena aceptación de esta puesta la encumbró como una de las artistas más completas del país, continuando en el género con títulos como: Irma la dulce, en 1962, con Julio Alemán; Mame, compartiendo escena en su primer montaje con Evangelina Elizondo, Rogelio Guerra, Guillermo Murray, Virma González y Fernando Allende; Annie es un tiro, con Manuel López Ochoa, Benny Ibarra y Eugenia Avendaño; ¡Qué tal, Dolly!, debut en comedia musical de Ignacio López Tarso; y Gypsy, en esta última compartiendo créditos con su hija Alejandra Guzmán.
Sólo como productora, llevó a escena en 1993 La jaula de las locas, protagonizada por Gustavo Rojo y Javier Díaz Dueñas.
Sus puestas más recientes son: Adorables enemigas, compartiendo escena con Adriana Roel, alternada por Norma Lazareno; y Amor, dolor ¡y lo que traía puesto, producida por Tina Galindo, Claudio Carrera y Federico González Compeán, actuando al lado de Diana Bracho y Susana Zabaleta, entre otras. Además su amor por el teatro la llevó a tener dos inmuebles: el Silvia Pinal y el Diego Rivera.
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Redacción: Fabian Polanco
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