Thunderbolts, el inesperado acierto del equipo más errático de Marvel
- DroideTV
- 2 may
- 4 Min. de lectura
Thunderbolts* recupera a algunos villanos del UMC y nos presenta una nueva amenaza.

Esta semana Marvel regresa a la gran pantalla con una nueva apuesta: Thunderbolts*, la cinta que cierra la Fase 5 del UCM (junto a la serie de Ironheart) y dar paso a la Fase 6 que incluye cintas como Avengers: Doomsday. Jake Schreier (Ciudades de Papel, Bronca) está a cargo de la dirección, mientras que el guión corre a cargo de Eric Pearson (Thor: Ragnarok, Black Widow), Joanna Calo (El Oso, BoJack Horseman) y Kurt Busiek (Marvels).
La historia gira en torno a Yelena Belova (Florence Pugh) quien se siente estancada en su trabajo eliminando la evidencia contra Valentina Allegra de Fontaine (Julia Louis-Dreyfus) quien está en la mira de Bucky Barnes (Sebastian Stan) ahora como congresista, luchando desde la ley para destituirla. Valentina es más astuta de lo que parece, pero está desesperada: el trabajo que ha desarrollado en secreto podría llevarla a prisión o darle un poder inimaginable, todo dependerá del equipo que se ha unido en su contra.
El elenco incluye a David Harbour como Guardián Rojo; Wyatt Russell interpretando al Agente US; Hannah John-Kamen como Fantasma y Olga Kurylenko en su papel de Taskmaster; con la adición de Lewis Pullman como Bob. Si bien Yelena es el personaje principal cuyo enfoque se vuelve vital para empujar la trama, la dinámica entre los personajes es genial, quizás una de las más auténticas, recordando un poco a la primera entrega de Avengers con personajes dispares forzados a trabajar en equipo. Si bien algunos papeles son bastante efímeros, las interpretaciones son divertidas y sin duda Pullman tuvo un buen debut dentro del UMC.
Si bien no es sorpresa para nadie el hartazgo por las películas de superhéroes, vale decir que Thunderbolts* se siente como un respiro en el que el equipo creativo entendió al público y buscó ofrecer algo más. En cierta medida, la cinta vuelve a la fórmula de reunir a personajes que han aparecido brevemente en otras cintas y darles el foco, pero en esta ocasión la historia que nos cuentan es distinta.
Aquí no hay héroes ni una misión clara: tenemos a personas que han vivido circunstancias duras en un momento que ninguno sabe qué hacer con su vida que quedan en medio de una situación que los obliga a ver lo peor de ellos y cuestionarse si pueden confiar entre sí y hacer algo más que sólo cumplir con el trabajo, lo cual en realidad es bastante fácil identificarse con ello. Simplemente la escena de apertura es un gancho que te deja queriendo ver más, especialmente si estás pasando por una crisis. Definitivamente hubo un cuidado en el guion.
Algo que también ayuda a esta cinta es que no se trata de héroes con poderes alucinantes, sino mercenarios con un combate más físico, por lo que hay menos CGI y más efectos prácticos, escenas de riesgo y combates con coreografías bien trazadas que se traducen en un disfrute visual. Regresando a la apertura, Florence Pugh saltó desde el segundo edificio más alto del mundo para lograr la escena, muy al estilo de Misión Imposible.
Tampoco es un secreto que buena parte del equipo creativo ha trabajado en estudios como A24, razón por la que la cinta puede sentirse distinta. En la fotografía tenemos a Andrew Droz Palermo (Una historia de fantasmas, El caballero verde) que juega con claroscuros y una paleta más gris para darle un ambiente emocional distinto, sobrio, sin llegar a lo solemne. Vale decir que varias de las ediciones y segmentos en esta cinta son bastante memorables, especialmente el último arco donde todo es más alocado.
Por otro lado, tenemos a Son Lux (Todo a la vez en todas partes) en la música, jugando con los temas de los personajes y varias pautas que les dan un toque a las escenas de acción. En general, se nota el esfuerzo del director y su equipo para entregar una trabajo con propuesta, tanto en la historia como en la ejecución y la estética, por lo que aprovechan la temática de los superhéroes para hablar de un tema en concreto: la depresión y la salud mental.
En un momento donde tenemos tantos estímulos diferentes, tantos contenidos brillantes y llamativos para distraernos, pero los casos de depresión no hacen más que aumentar con edades cada vez más precoces, hay cierta justicia poética en que una película de superhéroes trate este tema y más desde el hartazgo de su protagonista, como si estuviera igual que cansada que el público de hacer lo mismo una y otra vez.
La manera en que se muestra este tema es la cumbre del trabajo creativo, en especial el último arco, donde hay una propuesta visual y sonora acompañada de un buen guion que utiliza al superhéroe como una metáfora para llegar a algo más profundo, más humano. Thunderbolts* no es un mega evento o una producción llena de acción y referencias para reventar el internet de memes, pero justo porque se atreve a ser diferente es que se disfruta: finalmente tenemos una cinta que cuenta una historia independiente de principio a fin, más que un producto para un gran engranaje (aunque la escena postcréditos cambie un poco esto).
Tanto Marvel como DC han tenido una recepción ambivalente donde las opiniones son cada vez más polarizadas. Thunderbolts* tiene sus propios detalles, no es una cinta perfecta: en ocasiones el ritmo puede ser lento, algunos personajes pasan casi sin pena ni gloria y quizás algunos resentirán el abordaje hacia el final, sin una batalla épica; no obstante, es una cinta bien estructurada con una maquinaria creativa aceitada y lista para sorprender. Una buena recomendación si buscas un blockbuster con propuesta que hace muchas de las cosas que estábamos esperando.

Comentários