Mientras la producción se preparaba para SNOOPY & CHARLY BROWN, PEANUTS LA PELÍCULA, Martino tuvo una conversación particularmente memorable con Craig Schulz: “Charles M. Schulz tuvo un impacto profundo en mí como niño y como artista”, comenta Martino, “y en una de nuestras primeras juntas, Craig me detuvo y dijo, ‘Todos los amigos de mi papá le decían Sparky, así que si vamos a emprender esta travesía juntos, así es como debes referirte a él. Fue un gran honor para mí”.
Para comenzar la producción, Craig Schulz trajo al aclamado artista Tom Everhart a Blue Sky Studios para que conociera a los realizadores y demás artistas. Everhart es conocido por sus interpretaciones extraordinarias de Snoopy, Charlie Brown y el resto de la pandilla de PEANUTS, que han sido exhibidas en galerías de todo el mundo —incluyendo el Museo de Louvre en París, el Museo de Arte en el condado de Los Ángeles, el Museo de Bellas Artes en Tokio, y, desde luego, el Museo y Centro de Investigación Charles M. Schulz en Santa Rosa, California, un museo dedicado a la obra y legado del afamado caricaturista.
En una plática acerca de su minucioso estudio de la obra de Charles M. Schulz, Everhart proyectó imágenes de una tira cómica en una pantalla de cine para mostrar los detalles del trazado de Schulz.
“Cuando Tom amplió la historieta, vimos tal detalle en el dibujo, que literalmente vimos la historia en el trazado. Fue increíble”, comenta Martino.
“De hecho, fue un cambio de paradigma para nosotros”, añade el director de arte Nash Dunnigan. “Supimos en ese momento que teníamos nuestro punto de partida para la apariencia y el estilo de los personajes, así como para el diseño de producción”.
Admítelo: En un momento de tu vida, garabatease una versión de Snoopy o su perrera en un cuaderno de la escuela…o dibujaste el icónico zigzag del suéter de Charlie Brown. O quizás calcaste los personajes de las historietas que salían los domingos. “Cuando estaba más joven, yo creía que podía dibujar a Charlie Brown; ‘es sencillo’”, comenta Martino. “Pero cuando intentas capturar el trabajo de Charles M. Schulz, ¡es intimidante!”.