Todo el camino recorrido en los anteriores episodios tiene por fin repercusiones que enriquecen la trama, Jesse saca provecho de su poder sobrenatural, pero no piensa mucho en las consecuencias, provocando una historia entretenida.
El episodio de esta semana comenzó con una secuencia espectacular, casi tomado de la miniserie en cómic "Preacher: Saint of Killers", esta vez más al pie de la letra que otros aspectos de esta adaptación, vemos otra parte de la trama previa del Santo de los Asesinos, en un trabajo acertado visual y emocionalmente en un breve western. Una escena agresiva, contundente, donde vemos el destino mortal de su esposa e hija y nos anticipa momentos más duros por venir.
El sherif Hugo Root cumple una parte importante en este episodio por la ruptura en su paciencia de su relación con su hijo Eugene alias Arseface. Y este joven tambien ayuda a la construccion de este episodio con dos momentos importantes, ambos por sus conversaciones con Jesse. Y es que el predicador está harto de que traten tan mal a su amigo y decide usar su poder de la palabra para obligar a alguien a perdonarlo y abrazarlo.
La relación Tulip y Cassidy avanza curiosamente, la quimica entre ellos hace de sus escenas un deleite, esta vez el vampiro confesando que se ha enamorado debido al accidentado beso del episodio anterior, y Tulip revelando más sobre el pasado con el predicador. Esta interacción es interesante por el potencial de conflictos amorosos y debido al tono de la serie, no serán momentos agradables pero si divertidos.
Donny se ha percatado del poder de Jesse y presume su hallazgo con dos personas incorrectas, por una parte su esposa, quien parece ser la persona de caracter fuerte en la relación a pesar de lo que nos vendieron al comienzo y claro a su jefe Odin, ambos sin mucho resultado. Su desesperación propone momentos interesantes por venir, y el desarrollo de su personaje ha sido otro acierto, un hombre de apariencia ruda en el exterior que parece ser el más temeroso en estos momentos sobre lo que el destino le depara al pueblo. El personaje logra empatía a cada episodio.
Y lo más destacado, Jesse está feliz, como niño con juguete nuevo, el poder de la palabra le da cierto confort al ver el cambio que provoca en las personas, como si fuera la llave mágica para arreglar el mundo, desde el comienzo vimos que esa "palabra" es tomada al pie de la letra y esta vez los visitantes a la oficina de Odin fueron los desafortunados en sufrir las consecuencias, ¿cuando se dará cuenta de lo capcioso que resulta su poder en los demás?
El final con Jesse hablando por primera vez con los angeles le baja de la nube y su primera expresión vale más que mil palabras al darse cuenta que quizá metió la pata.
Las mejores escenas
Cassidy seduciendo a Tulip
Donny quebrandose junto a la esposa
Jesse y los angeles
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