Hugh Jackman se despide de Wolverine con uno de los mejores filmes de la franquicia.
Sin algunos de sus poderes, por primera vez, Wolverine es verdaderamente vulnerable. Después de una vida de dolor y angustia, sin rumbo y perdido en el mundo donde los X-Men son leyenda, su mentor Charles Xavier lo convence de asumir una última misión: proteger a una joven que será la única esperanza para la raza mutante.
Uno de los puntos más interesantes de la película es que se trata de una historia sencilla, no hay demasiados personajes y el tono es uniforme durante toda la trama, en esa aparente simplicidad recae el buen resultado.
Básicamente se trata de ir del punto A al B, sortear los obstaculos del camino pero sin perder mucho el rumbo, una notoria diferencia analizando tan solo las otras dos peliculas previas de este personaje en solitario, donde demasiados personajes innecesarios y olvidables daban vueltas en historias que perdían el sentido en algun momento.
Sin embargo, la película se toma en serio hasta donde debe, hay momentos de humor e incluso momentos emotivos que contrastan de manera uniforme y tienen lógica. La relación entre Logan y X23 se va construyendo poco a poco hasta llevarnos a un momento que dejará un carga emocional en el espectador al ver el inevitable destino del protagonista. El hecho de que sea la última pelicula de Jackman sirve para tomarse la libertad de despedir al personaje, por este momento, con una decisión que se agradece, un final que deja huella.
Hay buena atención en el esfuerzo actoral, en Patrick Stewart como un Charles Xavier desgastado, cansado, harto, esperanzado, ilusionado, un contrapeso interesante que ayuda a teñir de matices la cinta. Un Jackman que da a Wolverine vulnerabilidad no solo fisica sino emocional, lo cual lleva a su personaje más allá del acartonamiento que muchas veces sucede en cintas del género. Y por supuesto Daphne Keen como X23 se muestra brutal como desconcertada con un crecimiento de personaje notable.
La cinta se arriesga a poner atención en el aspecto melancólico, en preocupaciones como la mortalidad, en las consecuencias de los actos. Dejando en segundo plano, de alguna manera, que los momentos de violencia en esta ocasión sean gráficos y explicitos, pero al final no resulta lo más memorable de esta experiencia y eso es bueno. No dejan al lado algunas buenas secuencias de acción, como aquellos enfrentamientos entre Wolverine y X24 o la batalla entre Rictor y compañía y sus apresores.
Menos es más, eso queda demostrado aquí, quiza que conozcamos a los personajes y no sea necesario perder tiempo en historias previas sea un punto que estaba a su favor, pero pudieron desaprovecharlo como sucede con muchas secuelas.
Un buen adiós del actor y del personaje, y una muestra de que aún en Hollywood, arriesgarse en un subgenero como el de superheroes que parece repetirse por miedo a perder taquilla o licencia de ventas, puede tener un resultado satisfactorio para todos.
Calificación: 94 puntos
Por Luis