Una trama construida de manera interesante, donde los personajes llenos de matices nos dejan atentos, a la par de un poco de humor, intriga y una relación romántica muy particular.
En el Londres de la posguerra, en 1950, el famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) están a la cabeza de la moda británica, vistiendo a la realeza, a estrellas de cine y a toda mujer elegante de la época. Un día, el soltero Reynolds encuentra a Alma (Vicky Krieps), una joven que pronto se convierte en su musa y amante. Y su vida, hasta entonces cuidadosamente controlada y planificada, se ve alterada por la irrupción del amor.
Como suele pasar en las elecciones de filmes de Daniel Day-Lewis, su transformación y compromiso son evidentes desde la primera escena. Pero es Vicky Krieps quien se roba la película sin problema, con una actuación interesante y un desarrollo de personaje con momentos memorables. Paul Thomas Anderson entrega de nuevo una obra que se aleja del común, que ofrece recompensas curiosas a quienes se atreven a mirarla.
Elegante, oscura, con momentos de tensión que cortan la respiración, impredecible pero a la vez orgánica. Anderson además se rige por sus propias reglas y es mejor dejarse llevar por su narrativa para disfrutarla en pleno.
El trabajo en dirección es destacado asi como su guión y con ello se complementa el esfuerzo en el diseño visual que nos transporta a los años cincuenta sin problema y nos cautiva. Entre esa elegancia surge un contraste, con las acciones de los protagonistas, que evidencian muchos matices y se hunden de repente en terrenos oscuros en plena luz.
Vicky Krieps nos cautiva al comienzo y al paso de la relación de Alma con Reynolds nos contagia con su frustración, aplaudimos su enfrentamiento honesto y nos deja perplejos su solución inmediata.
Y es que la relación amorosa entre los protagonistas es compleja, rayando un poco en lo tóxico hasta darnos cuenta que ambos desean eso, que se complementan y lo añoran, que sus momentos de alegría les emocionan tanto como las torturas mentales a las que se someten en ocasiones.
A la vez nos muestran la pasión del modisto por sus diseños, sus vestidos, que se convierten en una extensión suya, que sufre por ellos como se regocija y comparte esas etapas con Alma como con su hermana, quien es el personaje más firme, debe serlo para equilibrar la vida de su, en ocasiones atormentado hermano.
Interesante, cautivante, sorprendente, impredecible, elegante, intoxicante y un poco perturbadora, un listado de emociones que desprende y contagia al verla.
Calificación: 95 puntos
Por Luis