En los momentos de diversión la cinta se desenvuelve sin problema y resulta muy graciosa y entretenida, el único obstáculo en el juego es cuando intentan tomarse demasiado en serio.
Cada año, durante un mes cinco amigos muy competitivos realizan un juego de quemados sin límites, que practican desde la primaria. Arriesgan la vida, su empleo y sus relaciones con la finalidad de ganarle al otro, con el grito de batalla: “¡las traes!”. Este año el juego coincide con la boda del único jugador que nunca han derrotado, situación que finalmente debería convertirlo en un blanco fácil. Pero él ya sabe que van a perseguirlo y está listo.
El tono de la premisa nos anticipa una de esas películas genéricas en donde los adultos se comportan como niños, con ingredientes de la comedia grotesca. Se basa en hechos reales, en un grupo de amigos de Spokane, Washington cuya historia apareció en un reportaje de The Wall Street Journal por enero de 2013. Eso podría mantener a la cinta en un estado realista, pero esa idea se pierde en favor de la comedia.
Así nos encontramos con dos cuestiones, el tono aunque sigue algunas reglas de ese tipo de cintas de comedias para adultos, se aparta lo suficiente para tener una dosis de originalidad y momentos muy graciosos en base a la creatividad y no al shock visual, de por ejemplo ver genitales como en otras películas.
Sin duda las mejores escenas son las del juego, cuando el grupo de amigos intenta derrotar al único jugador invencible en tantos años, con momentos creativos de acción y comedia, sorprendentes como llenos de gracia. El vencedor además tiene mucha condición física y sus contrincantes no, asi que nos presentan secuencias de acrobacia interesantes.
Y por supuesto una parte muy importante es el elenco, la química entre ellos hace muy llevadera la historia. Las bases reales se tambalean en favor del entretenimiento pero ellos logran mantenerla a flote sin problema. Jeremy Renner como el amigo que nunca atrapan es uno de los mejores.
La falla llega cuando se alejan de la comedia para un mensaje más serio, el tono no es equilibrado y esos momentos se sienten forzados, lo cual es curioso porque al tratarse de una historia basada en hechos reales debería sentirse orgánico porque la vida es una combinación de emociones, pero de alguna manera no se traslada bien en pantalla.
Una mezcla poco uniforme entre drama y comedia donde la última termina por ganar, y aunque diluye el impacto de un mensaje, entrega momentos divertidos y graciosos con mucha creatividad.
Calificación: 75 puntos
Por Luis