La cinta utiliza el agua para regresar a uno de los miedos más instintivos
Esta semana se estrena Aguas siniestras la nueva película de Atomic Monster y Blumhouse, los productores de M3GAN. Basada en el cortometraje de Rod Blackhurst y Bryce McGuire, en esta ocasión McGuire toma el mando en el guión y dirección para convertir la historia de una mujer nadando durante la noche en un largometraje acerca de los sucesos sobrenaturales que atacan a una familia.
La película sigue a Ray (Wyatt Russell) un beisbolista que tuvo que retirarse prematuramente debido a una enfermedad degenerativa que ahora busca asentarse en un nuevo lugar junto a su esposa Eve (Kerry Condón) su hija adolescente Izzy (Amélie Hoeferle) y el pequeño Elliot (Gavin Warren). Entonces, encuentran una casa que los cautiva, en especial por su piscina y la posibilidad de que esta ayude a Ray a su recuperación. Conforme pasa el tiempo, descubren que algo yace en el agua y se aferrará a sus vidas hasta destrozarlas.
Uno de los puntos fuertes de la película es la dirección y edición, con movimientos de cámara que juegan con la percepción del público y en ocasiones también abonan al terror y asemejan a la sensación de desesperación cuando te estás ahogando. Hay un esfuerzo importante para hacer que la película sea una experiencia sensorial, incluso la sonorización reafirma la presencia del agua y los movimientos que los personajes hacen en ella.
Ciertamente, usar la piscina como elemento de terror es una idea interesante; por un lado, se apoya en el instinto que hace temer al agua y luchar frente al riesgo de ahogarse; por otra parte, se trata de un espacio tan peligroso como atractivo que suele asociarse con diversión, fiesta, lujo y el verano, en cierto modo busca alejarse de los lugares obvios y generar terror de una manera distinta a los clichés de las casas embrujadas con las puertas que se abren y los objetos que se caen.
Sin embargo, la historia en momentos puede caer en sitios comunes, como la familia que empieza de nuevo, los niños siendo los más sensibles al fenómeno mientras lo tildan de estar imaginando cosas, entre otros que hacen que la película siga un camino más o menos esperado, incluso algunas escenas terroríficas pueden anticiparse rápidamente. La explicación sobre los sucesos en la alberca se siente un poco rebuscada, sin que se defina claramente las capacidades y limitaciones de los sucesos paranormales.
La cinta aborda de manera un poco superficial la discapacidad, la depresión al perder ciertas habilidades y el peligro de definirse a través de tu carrera profesional, pero sin ahondar más allá de las motivaciones para que la trama avance. Aún así, vale la pena destacar que, aunque la estructura es bastante parecida a las historias de las casas embrujadas, hay algunas pinceladas de drama con una perspectiva de la masculinidad que lo vuelve interesante.
Así pues, aún con algunos tropiezos en su narrativa y un ritmo atropellado, explora nuevos espacios para manejar el terror y llega a entretener e incluso acelerar el ritmo en algunos momentos.
