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  • Foto del escritorDroideTV

Bob Odenkirk platica sobre "Nadie" (Nobody)


Hutch es un padre y esposo ignorado y subestimado, que tiene un pasado secreto. Cuando irrumpen en su casa, sus habilidades letales quedan al descubierto y se ve obligado a proteger a su familia.


Bob Odenkirk, que no tuvo una, sino dos experiencias similares de robo en su propia casa, sabe muy bien lo que Hutch está sintiendo. “Los sentimientos de frustración y el dolor de esas experiencias son lo que impulsa a Hutch, y me identifico mucho con esos sentimientos”, dice.


Hutch es un tipo que se ha asentado, y fluye con la vida. “Es alguien que llega a casa del trabajo, se pone un equipo deportivo y se sienta a cambiar los canales con el control remoto”, dice la productora Kelly McCormick. “Puede sentirse un poco deprimido y preguntarse si esto es todo lo que hay en su vida. Cuando una noche entran a robar a su casa, algo en él se despierta. Recupera su esencia, pero lo que es más importante, vuelve a encontrar su ‘mojo’.”


Cuando actúa, Odenkirk es alguien con quien la gente conecta a nivel humano. “El público siente lo que él está sintiendo”, dice el productor Marc Provissiero. “Así que, cuando decide enfrentarse a estos tipos, hay una sensación de ‘Ay, Dios mío’. No es una pérdida de fe el ver a un superhéroe hacer cosas que parecen imposibles. Hay una identificación con él, que no creo que sea el caso de una típica estrella de acción. Él representa al hombre común que se encuentra en una posición en la que la gente en la vida real podría imaginarse a sí misma.”


En el pasado, Hutch fue auditor de las fuerzas armadas y ahora trabaja en una tienda de herramientas y troqueles. “Hutch es un tipo normal, pero todos sus sentimientos están magnificados debido a su pasado como agente peligroso y desertor”, dice Odenkirk.

“Cualquier padre normal quiere proteger a su familia. Debido a su entrenamiento, Hutch siente eso, solo que multiplicado por diez. Cualquier padre normal querría contraatacar si su casa fuera invadida, pero para Hutch, este impulso está sobredimensionado. No puede evitarlo. Su naturaleza y conductas más sensatas se ven abrumadas por la sed de sangre que experimentó cuando era joven. Francamente, es un hombre que baja la guardia y se permite perder el control. Afortunadamente, esta es una película y no es la vida real.”

El director Ilya Naishuller pasó mucho tiempo hablando del personaje con Odenkirk y el escritor Derek Kolstad. “Discutimos sobre sus motivaciones, sus sueños y sus demonios”, comenta Naishuller. “Todos sentimos que si bien lo presentan como un héroe, el trasfondo es claramente el de un antihéroe, y fue un desafío interesante caminar por esa delgada línea. Nadie necesitaba un Hutch con los pies en la tierra, real y afín que se convirtiera en un animal feroz una vez que se soltara de la correa. Con la enorme experiencia de Bob como actor y guionista de comedia y el profundo conocimiento de Derek y mío sobre el género, nos propusimos crear una historia sólida y un personaje con un eje central que permitiera insertar todos los matices en la actuación de Bob.”


El productor David Leitch se quedó asombrado por la resiliencia y dedicación de Odenkirk durante todo el rodaje. “Estuvo muy enfermo los últimos dos días de rodaje, justo antes del feriado del Día de Acción de Gracias de 2019”, dice Leitch. “Si no podía trabajar, Christopher Lloyd tendría que quedarse en la locación durante el Día de Acción de Gracias. Cuando Bob se enteró, dijo: ‘Olvídalo. Me quedo’, y trabajó a pesar de tener mucho dolor y sentirse muy descompuesto. Y, debo admitir que tal vez la escena haya salido mejor por esa razón... y revela qué tan dedicado es como actor y como ser humano.”


Odenkirk cree que Hutch comparte algo de ADN con Jimmy McGill, su personaje de Better Call Saul. “Si bien creo que Hutch está construido a partir de elementos básicos de Jimmy, así como de mis experiencias personales como padre, me entusiasmó lo lejos que tendría que llegar para entrar en el mundo de la acción intensa”, dice Odenkirk. “Jimmy es un luchador, sus sentimientos lo llevan a situaciones peligrosas, la vida lo derriba mucho y siempre se vuelve a levantar. Si bien gran parte de mi carrera ha sido en la comedia, soy mucho más conocido por este personaje en Saul. Pensé que si podía entrenar duro y realizar los movimientos físicos, podría aportar vulnerabilidad y determinación a un papel en una película de acción.”


Y entrenar duro es un eufemismo para la cantidad de compromiso que Odenkirk puso en el papel. “Entrené durante dos años con los mejores en el negocio, el equipo de diseño de acción de David Leitch que trabaja con su compañía 87North”, dice Odenkirk. “En particular, con el legendario DANIEL BERNHARDT. Amaba y odiaba el entrenamiento, pero sobre todo me encantaba. Tenía un largo camino por recorrer. Mi cuerpo está en buen estado físico, no he tenido ningún tirón muscular ni me he roto nada en mi vida; tampoco he estado con sobrepeso, pero estaba empezando de cero. Le dediqué muchas horas. Sabía que la persistencia y los cientos (¡miles!) de repeticiones eran la clave. Especialmente en lo que respecta a los movimientos rápidos, cosas que nadie haría en un entrenamiento normal en la vida cotidiana. Daniel Bernhardt mostró una paciencia sobrehumana mientras me guiaba desde lo más básico una y otra vez, siempre animándome, mientras descubríamos hasta dónde podía llegar y aquello que era demasiado pedir. Entrenar con armas también era totalmente nuevo para mí. Me dan miedo las armas, como a cualquier persona en su sano juicio. Son peligrosas. Pero son herramientas, y hay buenas prácticas para usarlas correctamente. Me preparó MARK SEMOS, actor/escritor y ex francotirador de los SEAL de la Marina. Cuando empecé a realizar este trabajo lo hice con respeto por el desafío, y terminé sintiéndolo aún más. Me entusiasmó hacer esto, algo tan fuera de mi ámbito.”

Naishuller visitó a Odenkirk durante una de sus sesiones de entrenamiento y quedó impresionado. “Fue una sesión de tres horas”, dice Naishuller. “Bob estaba ensayando complicadas secuencias de demostración para reconfigurar su mente de la de un escritor y actor a la de un doble de escenas de acción. Al final estaba empapado en sudor, cansado y sin aliento, pero siguió adelante, cumpliendo las órdenes de su entrenador. Recuerdo claramente haber pensado que detrás de cada puñetazo, patada, respiración y caída, veía a Hutch, no a Bob. Es como si se hubiera mantenido enojado, amargado y en su personaje durante las tres horas que duró el ejercicio. Ese fue el día en que supe con certeza que teníamos la oportunidad de hacer una película especial.”

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