Depredador: Tierras Salvajes le da un tono inesperado a la franquicia
- DroideTV

- hace 23 horas
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Elle Fanning y Dimitrius Schuster-Koloamatangi unen fuerzas en esta nueva aventura en Depredador: Tierras Salvajes

Existen franquicias que forman parte del imaginario colectivo, Depredador es una de ellas, destacada por sus asesinos implacables y la lucha por la supervivencia que suele llevar a estas cintas al terreno del thriller. Sin embargo, en los últimos años, el director Dan Trachtenberg (Avenida Coverfield 10) ha explorado otras aristas de este universo con Depredador: La Presa, Depredador: Cazador de Asesinos y más recientemente Depredador: Tierras Salvajes.
Patrick Aison, Jim Thomas y el propio Trachtenberg se encargan de un guión donde conocemos a Dek (Dimitrius Schuster-Koloamatangi) un joven yautja que es despreciado por sus características. Para probarle su valía a su clan, Dek escoge una presa que ningún otro depredador ha logrado cazar, en un planeta plagado de amenazas mortales. A fin de conseguir su trofeo, el joven hace una alianza inesperada con Thia (Elle Fanning) una sintética de Weyland-Yutani.
Desde su premisa, esta cinta nos muestra un cambio de paradigma, con el yautja como protagonista en lugar del adversario principal. Por ello, nos permite asomarnos un poco más a la sociedad de estas criaturas, sus costumbres y sus valores. También hay un tono distinto, nuestro depredador en turno sigue siendo un cazador en esencia, pero su falta de experiencia lo vuelven más vulnerable, mientras que su juventud le da la posibilidad de abrirse a otras experiencias.
El dúo de Fanning y Schuster-Koloamatangi resulta bastante dinámico, sus personajes siguen las características y valores que conocemos de ellos, lo que le da verosimilitud a la manera en la que se encuentran e influyen en el desarrollo del otro. No obstante, vale mencionar que la cinta tiene un tono más familiar con más de una broma en medio de la acción, al estilo de Marvel, por lo que puede que más de uno resienta ese cambio o prefiera quedarse con el estilo más clásico de estas cintas.
En la parte técnica, la música está a cargo de Sarah Schachner y Benjamin Wallfisch, quienes le brindan a la cinta una variedad de sonidos que van definiendo cada uno de los lugares que exploramos en esta entrega, así como algunos de los momentos más cardíacos.
Por su parte, Jeff Cutter está detrás de la fotografía, donde tenemos varios planos panorámicos que nos permiten apreciar las características de estos mundos, como también llegan a formar parte de las escenas más memorables. Hay una transición bastante paulatina en la paleta de colores que acompaña el tono de la cinta y la evolución de los personajes.
También vale la pena reconocer los efectos especiales y el diseño de personajes. En este caso tenemos a un depredador que mantiene la misma morfología que su clan, pero con algunas sutiles diferencias que lo hacen destacar y volverse más familiar. Por otro lado, tenemos a las distintas criaturas que se encontrará en su camino, que van desde lo monstruoso, hasta lo tierno, siguiendo ciertos rasgos que hacen sentido hacia el final de la película.
En general, funciona como una película de acción y aventura que, si bien tiene sus momentos crudos, se mantiene en un tono familiar la mayor parte del tiempo. Este cambio de género puede generar reacciones mixtas, también es notorio el cuidado de Trachtenberg para que este cambio se sintiera lógico dentro de este universo y que al mismo tiempo conservara varios de los elementos que caracterizan a la franquicia. Una historia diferente para compartir y divertirse.










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