El Conjuro 4: Últimos Ritos es un cierre impactante para los Warren
- DroideTV

- 4 sept
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Actualizado: 4 sept
El Conjuro 4: Últimos Ritos sigue el caso de la familia Smurl, acechados por una entidad demoniaca.

Este fin de semana llega El Conjuro 4: Últimos Ritos, la esperada cuarta parte de la franquicia que se ha inspirado en los casos de la familia Warren, considerados como pioneros en documentar casos sobrenaturales. En esta ocasión, la dirección corre a cargo de Michael Chaves (El Conjuro: El diablo me hizo hacerlo, La Monja 2) mientras que Ian Goldberg, Richard Naing y David Leslie Johnson-McGoldrick se encargan del guion.
En esta ocasión, Ed (Patrick Wilson) y Lorraine Warren (Vera Farmiga) regresan del retiro para ayudar a la familia Smurl, quienes han sido aterrorizados durante meses por una entidad que parece tener un peculiar interés por los Warren, especialmente en su hija, Judy (Mia Tomlinson). Esto, sumado a los problemas cardíacos de su esposo hacen que Lorraine tema por la integridad de su familia y sus posibilidades de enfrentar esta nueva amenaza.
La cinta también cuenta con las actuaciones de Ben Hardy, Elliot Cowan, Beau Gadsdon, Rebecca Calder, Peter Wight, Kíla Lord Cassidy. Molly Cartwright, Tilly Walker, entre otros. El dúo de Wilson y Farmiga sigue manteniendo la dinámica que conocemos y que le da cierto peso sentimental como compañeros y pareja. Aquí tenemos la adición de Tomlinson interpretando a Judy adulta y ciertamente logra convencernos. Hardy en momentos se siente como un alivio cómico, pero también cuenta con momentos serios cargados de emoción.
El ritmo de la cinta en ocasiones se siente lento, ya que nos muestran dos historias paralelas: por un lado tenemos a los Warren y la construcción de todo el trasfondo que cobrará peso hacia el último acto; por otro lado, están los Smurl, cuyo acoso va escalando más y más, junto a su desesperación y sus intentos por deshacerse de la entidad. En este caso, la historia es predominantemente sobre los Warren, la manera en que está integrada su familia y el afecto que se tienen, en caso está en un segundo plano, sin que ello disminuya las escenas con sustos al por mayor.
Aquí veremos una amplitud de elementos utilizados para aterrorizarnos tanto como sea posible, todo ello bajo la fotografía de Eli Born y la música de Benjamin Wallfisch, donde el sonido y la oscuridad cobran un papel importante para jugar con nuestra percepción y en ocasiones engañarnos antes de que lleguen los fenómenos paranormales. Si bien algunas escenas llegan a ser rebuscadas o excesivas, sin duda el público encontrará más de una escena que los haga estremecerse e incluso que permanezca en su memoria durante la noche.
Si bien hemos tenido otras cintas donde los Warren corren tanto peligro como aquellos a quienes buscan ayudar, en este caso se busca sostener una relación especial a lo largo de toda la cinta y mantener la intriga acerca de sus posibilidades para llegar hasta el final. Más aún, se trata de una despedida de los personajes, por lo que se nota el esfuerzo para construir una historia emotiva y personal que nos recuerde aquellas características que los hacen tan especiales, así como la experiencia y los amigos que han conseguido en el camino.
Si bien el epílogo es un poco rebuscado, vale decir que aquellas personas que le tienen cariño a la franquicia encontrarán todo lo que esperan de esta historia: espectros memorables, sustos elaborados y cierto drama familiar. Así pues, se trata de una secuela a la altura de lo que han elaborado sus antecesoras y que funciona bien como una despedida de los Warren.










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