Mangold dirige una aventura interesante, pero definitivamente no la despedida épica que se esperaba
Este jueves se estrena Indiana Jones y el dial del destino, la última entrega de las aventuras del arqueólogo más famoso del mundo, lo que representa la despedida de este personaje para Harrison Ford. En este caso, James Mangold (Logan) es el director encargado de despedir la saga, con el guión de Jez Butterworth, John-Henry Butterworth y David Koepp.
En esta ocasión, nos encontramos a un Indiana Jones lidiando con una crisis personal a la par que intenta captar la atención de sus estudiantes cuando ellos (junto con el resto del país) están emocionados con la llegada del hombre a la Luna. Indy se siente como un pez fuera del agua en esta nueva era cuando su ahijada (Phoebe Waller-Bridge) aparece para preguntarle por una de las reliquias más desconcertantes de la historia: la Anticitera de Arquimedes, la cual despertará el interés del Dr. Volller (Mads Mikkelsen).
Sin duda, se trata de una película sobre la que gira mucha expectativa, no sólo por el cariño y la emoción con los que muchos recuerdan En busca del arca perdida, filme del que se busca inspirar esta película para conectar con la nueva aventura; también por la recepción que tuvo en su momento La calavera de cristal y que dejó con un mal sabor de boca a más de uno ¿puede esta nueva entrega superar la impresión de su predecesora?
Creo que vale decir que El dial del destino tiene un poco de todo: desde aciertos interesantes, hasta puntos que jalan hacia la controversia, especialmente en el uso de IA y efectos digitales para rejuvenecer a Harrison Ford en la introducción de la película. Ciertamente, aunque se nota una mejoría en esta clase de efectos y un mayor nivel de realismo, al mismo tiempo resulta artificial y plástico, dando la sensación de que se está viendo un videojuego.
Por otro lado, se nota que la película trata de recuperar la esencia de las películas de Indiana Jones, con misterios, aventuras, trampas y grandes secuencias alrededor del mundo. Personalmente disfruté las secuencias de persecución, hay una buena edición que nos lleva aquí y allá mientras la situación se complica a niveles imposibles. Helena es un contrapeso interesante para Indiana con motivaciones totalmente opuestas; sin embargo, su actitud cínica se siente prácticamente calcada de Fleabag (serie protagonizada por Waller-Bridge) y aunque a veces acierta, llega un momento en que se vuelve cansado.
También el enigma alrededor de la Anticitera (que será el hilo conductor de este viaje) resulta intrigante, así como la manera en la que se vuelve una especie de cacería del tesoro por el mundo. Sin embargo, hay algunos momentos y personajes que se sienten desperdiciados en medio de toda esa vorágine, algunos momentos emotivos no llegan a transmitir esa intensidad.
Algo similar pasa con el arco personal de Indiana Jones. El lugar desde donde parte cuenta con un amplio espectro de temas para tratar, especialmente considerando que el público ha crecido con las películas y seguro pueden sentirse identificados con el protagonista en más de una forma. Pero una vez que empieza la aventura, los dilemas personales se olvidan hasta el final de la película y su debida conclusión que se siente precipitada.
En líneas generales, la película tiene una propuesta interesante, pero la ejecución tiene varios tropiezos que probablemente afecten la recepción de los fanáticos. Tiene elementos para ser entretenida, incluso disfrutable, pero queda lejos de ser ese cierre memorable que muchos esperaban.
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