La historia de Moana 2 deja la puerta abierta para explorar más de este mundo y sus distintas aristas.
Esta semana llega a cines Moana 2, la segunda parte de una de las cintas más populares en la filmografía reciente de Disney, por lo que las expectativas son altas para la nueva triada en la dirección: David G. Derrick Jr., Jason Hand y Dana Ledoux Miller, quien también es responsable de la historia al lado de los guionistas Bek Smith y Jared Bush, quien estuvo en el guion de la cinta anterior.
En esta ocasión, Moana (Auli’i Cravalho) se desempeña plenamente como navegante cuando recibe un llamado de sus ancestros para lograr lo impensable y unir a las tribus alrededor de los mares. Así, armará una tripulación con Moni (Hualalai Chung) Loto (Rose Matafeo) y Kele (David Fane) para navegar más allá de lo que conocen. Mientras tanto, Maui (Dwayne Johnson) se encuentra en su propio desafío contra una presencia misteriosa (Awhimai Fraser).
En primer lugar, vale la pena destacar la animación: mantiene el mismo estilo que la anterior y da ese aire de continuidad, pero con colores brillantes y algunos cambios o correcciones que hacen que sea un espectáculo bastante disfrutable de ver. Si bien aún hay algunos personajes con gestos y caras demasiado parecidos entre sí, esta vez hay más variedad de rasgos y los personajes secundarios se sienten más definidos.
Esta cinta tiene el peso de las expectativas al ser una de las películas más recientes de princesas con un gran éxito y aceptación. Aquí es donde las opiniones pueden diferir, ya que si bien la música y la narrativa es aceptable, definitivamente no llega al mismo nivel emocional al que llega la primera. Especialmente la música, es pegajosa y divertida, pero ninguno de los temas llega a ser memorable o trascendental, lo cual quizás tenga que ver también en el hecho de que se trata de una cinta con un clímax bastante tibio.
En lo narrativo, hay varios puntos positivos, tenemos a una protagonista más madura y consciente con una actitud consistente con los aprendizajes que tuvo en su aventura anterior, lo cual es bastante inspirador. Asimismo, hay más personajes que le añaden cierto humor o fascinación a la aventura y con los que quizás más de uno pueda identificarse o recordar a algún amigo.
Mi problema es el desarrollo de la historia que parece restarle peso al desafío que enfrentan los personajes. Algunos problemas se resuelven demasiado fácil e incluso algunas situaciones no parecen tener sentido a priori, no se siente que se le brinde el espacio necesario a Moana para tener una evolución plena a otra faceta del personaje. Además, la cinta es más una transición a una historia más grande que si bien luce prometedora, da una sensación similar a algunas películas de Marvel que eran la preparación a algo más.
Por estas razones, la cinta recuerda a diversas secuelas como Mulán, Tarzan o La Cenicienta donde los asuntos tratados se sienten más como una vista de un día en la vida del personaje una vez que su aventura principal ha finalizado. No obstante, con ello no quiero decir que sea mala, sino que vale ajustar las expectativas a la hora de ir a ver la cinta, porque ciertamente puede funcionar para una tarde familiar.
Si tú o tu familia son fanáticos de Moana y quieren verla nuevamente en acción, definitivamente la cinta tiene lo necesario para ofrecer una aventura más y reconectar con los personajes, algo así como mirar un nuevo capítulo de tu serie favorita, pero sabiendo que no será el último ni la gran conclusión.
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