Pitufos vuelve a la pantalla grande con una nueva aventura animada
- DroideTV
- 17 jul
- 2 Min. de lectura
Una aventura colorida llega a la pantalla grande con la nueva película de Pitufos, que los más pequeños de casa sin duda disfrutarán.

Chris Miller (Shrek Tercero, El Gato Con Botas) regresa a la silla del director para darnos un reboot de los Pitufos, esta vez escrito por Pam Brady (Krakens vs Sirenas). Sin Nombre es el protagonista en esta ocasión, que a diferencia de Panadero o Fortachón, no ha descubierto qué es “lo suyo”. Después de muchos intentos para encontrarlo, y dejar de ser Sin Nombre, pide un deseo que le es concedido por un libro mágico que se esconde en la aldea pitufo.
Al presumir sus nuevas habilidades, Sin Nombre accidentalmente revela al villano Razamel la ubicación de la aldea. Esto causa que Razamel secuestre a Papá Pitufo en busca de dicho libro mágico y toda la aventura de la película se desencadena. Es ahí donde termina toda coherencia en la trama, más adelante llega un punto en donde no sabía de qué se trataba, qué estaba pasando o quiénes eran todos los personajes nuevos que seguían sumándose hasta el final de la película.
Y la verdad no importaba. ¿Los protagonistas se infiltran a la guarida del villano en una mochila de Uber Eats? Por supuesto. ¿El villano está en mute durante su llamada de Zoom? Claro que sí. Los diálogos, la trama, e incluso los estilos de animación y fotografía son increíblemente caóticos y una mezcla del material original y referencias a la actualidad. Es intencional y muy claro que pretende ser parte del encanto de esta cinta. Sin embargo a ratos se siente forzado, aunque de vez en cuando sí funcione.
Pitufos es una película claramente dirigida a niños pequeños que a pesar de tener un par de chistes que dan a entender relaciones más íntimas entre personajes de lo que se nos muestra en pantalla, la trama simplona y el ritmo de acción constante no te dejan olvidar que el público meta tiene un lapso de atención muy corto.
Su estilo visual tan variado y llamativo es lo que considero su mayor fortaleza, e individualmente muchos de sus chistes me parecieron bastante graciosos. Su uso tan versátil de la palabra “pitufo” durante ciertos diálogos me sacaron más de una risa. Pero no son suficiente para sostener la película ante los ojos de un adulto maduro. Por suerte yo no soy uno de esos y me entretuvo más de lo que hubiera esperado.
¿La recomendaría a gente sin hijos? No. ¿La recomendaría a gente con hijos? Con la advertencia de lo caótica que es, sí. Las canciones son tan olvidables y cero pegadizas que no existe el menor riesgo de que los niños se obsesionen con nada de lo que ven ahí. Se van a entretener hora y media, y luego la olvidarán para siempre.

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