
La más reciente aventura de esta familia busca mantener el espíritu macabro de sus personajes pero la historia y la trama se diluye con un resultado poco favorable.
En esta ocasión somos testigos un poco del nacimiento de esta familia, para trasladarnos años después cuando Merlina es una adolescente, y la llegada de una estrella de reality shows de remodelaciones y bienes raíces que quiere transformar y vender el pequeño poblado pero entonces la casa de los Addams será un problema para su éxito.
El estilo de animación es minimalista y el diseño de los personajes es más cercano a la concepción original de su creador Charles Addams. Hay muchos detalles divertidos por parte de ellos, desde las coletas de Merlina en forma de sogas, las actividades macabras que todos los integrantes realizan, como los platillos de comida, las costumbres de casa, los saludos, las travesuras de Pericles. Cada uno respetando la personalidad de ellos. Merlina en la escuela por primera vez, tiene un par de momentos muy graciosos, aunque todo lo que sucede en la mansión es lo que ofrece mayores risas.
Eso se mantiene de manera adecuada, pero al paso de la trama nos damos cuenta que son esos gags lo único rescatable de la cinta. La historia es básica incluso para ellos, en algún momento en previas reencarnaciones han lidiado con los vecinos que los quieren fuera, y ahora esa anécdota se vuelve el centro, sin resultados positivos.
Está también la situación entre Merlina y Morticia, la madre lidiando con una adolescente, en donde vemos algunos aspectos fuera de personaje, y no es que sean malos los matices en personalidad, es solo que sobre todo las reacciones de una con la otra se ven forzosas. Por supuesto que como en cada familia habría diferencias pero si algo ha destacado a esta familia es la capacidad de llegar a acuerdos razonables y no dejarse llevar por caprichos.
Parece que el destino de la cinta era entretener a los más pequeños de casa por lo que decidieron hacer una historia simplona, con una moraleja básica, aunque el humor macabro contrasta un poco, pero los adultos no tienen mucho para mantenerse atentos más allá de la nostalgia.
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