Ofrece lo que promete y al final es suficiente para pasar un buen rato, no hay muchas novedades pero el carisma de sus personajes logra mantener nuestra atención y otorgarnos muchas risas.
En esta secuela y empleando el característico sentido del humor del que hizo gala "Zombieland", el grupo de protagonistas tendrá que viajar desde la Casa Blanca hasta el corazón de los Estados Unidos, sobreviviendo a nuevas clases de muertos vivientes que han evolucionado desde lo sucedido hace algunos años, así como a algunos supervivientes humanos rezagados. Pero, por encima de todo, tendrán que tratar de soportar los inconvenientes de convivir entre ellos.
Como muchas de las secuelas, no había necesidad de ella, pero Hollywood nos ha acostumbrado desde hace varios años a no desprendernos de las cintas o personajes con los que nos encariñamos, asi que no es rara su existencia y al menos se trata de un producto divertido. No hay nada nuevo bajo el sol pero desde que acudes a verla sabes lo que esperas y afortunadamente en ese plano lo cumple.
Con mucho más énfasis que la anterior cinta, la comedia cumple una función básica, con el gore siguiéndole los pasos. Esta vez más que nunca Woody Harrelson se roba muchas de las escenas, lleva a su personaje tatuado y aprovecha de todos los matices que el producto le permite para presentar muchos de los momentos más divertidos, asi como un crecimiento personal más evidente que en la mayoría.
Los zombies están evolucionando después de casi diez años en que la historia nos lleva, sin embargo no aprovechan el potencial para crear nuevas reglas. Hay nuevos personajes, la mayoría de paso y funciona para momentos de acción y más risas. En especial Madison como la chica rubia tonta, se convierte en una de las adiciones más favorables.
Uno de los mayores puntos a su favor es que no se toma en serio, se burla incluso de sus propias virtudes y defectos, hay mofa del equipo cuando se encuentran con otro similar y nos dan una dosis de humor más ligero.
Otro de los puntos débiles es que más allá de Tallahasse, el desarrollo del resto no es tan uniforme, incluso entre sus relaciones interpersonales, muchas de sus actitudes son muy predecibles. Con tantos años juntos aguantándose, un poco más de fricción hubiese sido divertido, la problemática entre Columbus y Wichita se queda pálida y la rebeldía de Little Rock es superada muy fácilmente.
Al final lo que queremos es reírnos, y hay suficiente de ello aquí, aunque hay momentos de gore, en conjunto parece menos violenta que la anterior, y como en este tipo de productos, si te gusto la primera cinta y quedaste cautivado por los personajes, será lo suficiente para ser feliz y disfrutarla, aunque no añada más a su propuesta.
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