En Compañera Perfecta la muerte de un multimillonario desencadena una serie de acontecimientos para Iris y sus amigos durante un viaje de fin de semana a su finca junto al lago.

En Compañera Perfecta, en un futuro no muy lejano, seis amigos se reúnen en una remota casa en un lago para pasar un fin de semana de ocio. ¿Qué puede salir mal? En ciertos círculos del género, ésta es sin duda una pregunta capciosa que podría suscitar respuestas figurativas. Pero para el guionista y director Drew Hancock, desafiar las expectativas de género fue el camino más convincente para adentrarse en estos bosques específicos.
El cineasta afirma: “Hay muchas películas sobre inteligencia artificial y, creo que, el primer instinto de todo el mundo es hacer una historia de inteligencia artificial que sale mal. Yo pensé: ‘¿Y si es una historia sobre una IA que termina bien?’ En cuanto lo tuve claro, pensé: juguemos con esto y veamos adónde nos lleva”.
Hancock continúa: “Entonces, una vez que tuve lo básico —estas tres parejas en esta casa en el bosque— empecé, inmediatamente, a relacionarme con Iris. Pensé en todas las veces que me había encontrado con los amigos y la familia de mis novias, y en lo alienante que es ese sentimiento. Y cuanto más me relacionaba con ella, más empezaba a pensar: ‘¿Qué tal que el robot es la persona más empática de la historia?’”.
En 2021, Hancock estuvo inmerso en la escritura de lo que se convertiría en “Compañera perfecta” cuando un amigo, conectado con alguien de BoulderLight, le pasó el guión de “Bárbaro”.
El cineasta recuerda: “Escribo ‘Compañera perfecta’ mientras leo ‘Bárbaro’. Fue un gran recordatorio de que no tienes que seguir todas las reglas. A mitad de la película, puedes cambiar de punto de vista y hacer lo que quieras. Olvídate de todas las tonterías de la estructura. Puedes hacer lo que quieras, siempre que sea interesante”.
Esta revelación dio a Hancock la libertad creativa para explorar técnicas narrativas poco convencionales en su guión, transformando “Compañera perfecta” en una historia compleja que entrelaza los géneros de la ciencia ficción, el terror y el thriller, aderezada con una gran e intencionada dosis de comedia negra.
Tras completar el guión, Hancock lo envió a J.D. Lifshitz de BoulderLight, quien tuvo una respuesta entusiasta. Emocionado por la originalidad del guión y sus constantes sorpresas, no tardó en llamar la atención de otras figuras clave de BoulderLight, como el productor Raphael Margules y Zach Cregger y Roy Lee, de Vertigo.
Hancock recuerda con una sonrisa: “Pasaron 48 horas después de haber escrito la palabra ‘fin’ en el guión, y ya tenía a cuatro productores adheridos”. El productor Zach Cregger recuerda: “Cuando leí el guión, no dejó de sorprenderme. Nunca me adelanté a la película. He visto tantas películas, he leído tantos guiones, que a menudo puedo predecir por dónde van a ir las cosas, y me decepciono cuando acierto. Este era uno de esos guiones en los que no tenía ni idea”.
Cregger, quien en un principio tenía contemplado ser el director de la película, desempeñó un papel crucial en la transición de las tareas de dirección a Hancock.
Durante una conversación inicial, Cregger se dio cuenta de que Hancock tenía una
visión excepcionalmente clara de la película. Esto llevó a Cregger a replantearse su papel en el proyecto: “Este hombre tenía la película tan clara en la cabeza que lo mejor que pude hacer fue apartarme de su camino y ayudarle a hacer la película. Creo que
ocurre algo muy especial cuando el guionista es también el director, porque tienen una comprensión innata del material y del mundo cinematográfico”.
Al haber asumido el papel de productor, Cregger se dirigió a BoulderLight y Vertigo para solicitar su aprobación de ofrecer la silla de director a Hancock. Hancock admite: “Cuando Zach me lo pidió, me tomó tan desprevenido que pensé: ‘Ufff, debo pensarlo’. Pero, luego, me di cuenta de que, realmente, quería aceptar el reto”.
La producción de “Compañera perfecta” tuvo el empuje del entusiasmo compartido del equipo que su innovadora narrativa suscitó. El productor Raphael Margules afirma: “Tuvimos mucha suerte de que nuestros socios de New Line reconocieran, inmediatamente, que tenían algo especial en sus manos y, realmente, nos abrieron las puertas para poner esto en marcha.”
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