La antología se compone de personajes que son poseídos por un poder irresistible
En el marco de la Feria Internacional del Libro, Enrique Serna presentó su más reciente libro, Lealtad al fantasma una antología de cuentos donde los personajes pierden las riendas de su vida a mano de un “poder irresistible” como puede ser el deseo sexual o incluso la voluntad de un creador sobre su creación.
De acuerdo con el autor, las ideas de estos cuentos surgieron conforme escribía El vendedor de silencio, novela que recibió el Premio Xavier Villaurrutia “las novelas históricas exigen un fuerte grado de concentración para no caer en anacronismos, para reconstruir minuciosamente una época y, además, el escritor tiene que ser una especie de médium para resucitar a personajes del pasado”. Serna agrega “mi imaginación se escapaba hacia otras historias que en ese momento me parecían más ligeras, más lúdicas”.
Serna se define a sí mismo como un cuentista atípico debido a la extensión de sus cuentos “como también soy novelista, necesito hacer estudios de carácter más o menos profundos y eso lleva bastante espacio. De cualquier modo, he tenido mucha fidelidad a este género, porque me parece que el cuento es la prueba de fuego para cualquier fabulador, porque no puede haber en él ni redundancias, digresiones, ni caídas en el estilo, eso rompe el efecto de encantamiento que el cuentista trata de lograr. Por eso siempre después de incursionar en la novela regreso al cuento, y me gusta navegar entre estas dos aguas”.
Respecto a los fantasmas, preguntamos si el escritor viene a ser un exorcista o un brujo, a lo que Serna responde “creo que sí es un brujo que los invoca y se deja poseer además. En mi caso, trato de narrar siempre desde la consciencia de los personajes y cuando es desde la conciencia de un personaje que ha sido poseído a su vez por otro fantasma de la ficción, como hay varios en este libro, a mí lo que me gusta es experimentar esa zozobra de alguien que siente que su vida se va de las manos, que ya no decide su propio destino y ese es el tema fundamental de este libro”.
De acuerdo con Serna “una de las funciones principales de la literatura es sacar luz de lo que nadie quiere hablar” por ello es que considera que sólo se puede escribir mala literatura desde la corrección política. “yo escribo por necesidad expresiva y cuando los temas que quiero tratar a veces van en contra de las creencias o la ideología de la mayoría de los lectores no me importa, porque yo siento que en esos campos es en donde yo puedo aportar algo y en este caso si no me leen o me rechazan por eso, me tiene sin cuidado”. Agrega “yo creo que un escritor también debe de defender opiniones impopulares cuando cree que tiene la razón”.
Durante la FIL Serna también participó en la conferencia “Placer y erotismo, escenarios literarios” junto a Ana Clavel, Manuel Vilas y Luisa Valenzuela. A propósito de este género, comenta “la gran dificultad de la literatura erótica es evitar caer en dos extremos: el exceso de obscenidad o el exceso de preciosismo verbal, porque creo que ambos extremos falsean los placeres de la carne… el secreto está justamente en saber equilibrar la poesía y la prosa, porque en el erotismo intervienen las emociones, sobre todo cuando uno narra relaciones eróticas de personas que se aman profundamente y las emociones son el territorio de la poesía”.
