Los Moches de Pablo Lazo Briones nos habla de la alternativa entre la ilusión de la resistencia, de las realidades que enfrenta cada clase social en este país
En Los Moches de Pablo Lazo Briones, Judith tiene 18 años cuando se enamora de alonso. Ella pertenece a la burbuja en la que vive la gente pudiente de las lomas altas de la ciudad; Alonso sobrevive en un barrio pobre, peleando por su lugar en el mundo a puño limpio. Ella vive para la danza y siente que es lo único que tiene sentido en su mundo gris; él se une a otros olvidados para inconformarse, marchar y protestar. Sólo una pasión parece unirlos: hacer la resistencia, buscar la denuncia, enfrentar a la policía. Un juego peligroso que enciende sus cuerpos. Transgredir, provocar e irrumpir las marchas con sus besos y caricias, es también la forma de enfrentar al padre de ella, tan prepotente como corrupto.
¿Cómo fue la concepción de esta obra?
Me gustaría decir que la novela es una ficción sociopolítica, una novela de denuncia social que retoma un sentimiento que todos compartimos que es la ira, la rabia por las condiciones de injusticia, de falta de democracia, de falta de igualdad, todos estos problemas sociales que se van relatando en la novela. A mí se me ocurrió retomar la vieja fórmula de un pobre que se enamora de una rica, la fórmula tradicional es que una muchacha pobre se enamora del rico y yo aquí invertí los papeles para hablar de las enormes diferencias sociales que existen entre una niña rica millonaria de Las Lomas y un chavo banda, un chavo de barrio pobre que lucha y que pertenece a un grupo de resistencia. Ahí se conocen ellos dos, ella está harta de su familia y de su ambiente hueco de fiestas absurdas de niños ricos, se enamora de Alonso que representa una realidad dura, una realidad fuerte y ella quiere romper con su mundo. Ahí ocurre este mundo sumamente erótico entre los dos y está cruzado por el evento de la transgresión a las normas, a un espacio político que se llama de Justicia pero que en realidad es muy injusto, por ahí fui tejiendo la historia.
La novela te pone a pensar en lo complicado que es ser idealista o intentar cambiar el mundo
Precisamente la novela se divide en dos partes, la primera se llama La ilusión de resistir y es todo este relato de los chavos que quieren protestar, que quieren hacer resistencia, que sus ideales los llevan en una ilusión honesta por querer cambiar las cosas, pero se dan cuenta de que no es tan fácil, casi todos sus intentos de resistencia salen mal, ayudar a los que hacen bloqueos, a los que hacen vandalismo, a las feministas y ultra feministas y todo va saliendo mal. Se enteran de que la lucha por una resistencia y la ilusión se va cayendo, esto se intensifica porque Judith se mantiene en este ideal a pesar de todos los fracasos, se mantiene y va en persecución de una justicia mucho mayor, en cambio Alonso que es mucho más corrupto, mucho más fácilero para la violencia, le gusta mucho, se va corrompiendo y termina por ser parte de los Moches.
¿Cómo surge ese grupo de Los moches?
Son un grupo que mocha, que divide, que separa, que rompe, ese es uno de sus sentidos, pero también en otro sentido que manejamos mucho en México que es el de dar mochada, el de dar una tranza, el de prestarse a todo tipo de corrupción. Este grupo está pagado por una mano invisible, no sabemos si es un grupo políticon si es un grupo ultra, si es un grupo económico muy fuerte o algún empresario particular. El caso es que son pagados para llegar a las marchas, llegar a las protestas, y provocar a la gente y dividirla. Los conoce porque él ya era corrupto de antemano, él estaba trabajando en un ministerio de lo que llamamos justicia, el cual ya sabemos que nuestro país hay que decir esto con mucha precaución, porque es el mundo de la corrupción realmente.
Él ya trabajaba ahí, conoce al líder de los moches, que yo ahí estoy jugando con un personaje muy representativo del 99, Alejandro Echevarría que lo recordamos haciendo actos vandálicos y como era un gran líder pero para la destrucción, aunque los ideales de esa huelga eran muy legítimos, este personaje era violentísimo y sigue violento ahora es un agitador también, pero yo lo tomo solo como pretexto para la construcción de mi personaje, que odia todo, que violenta, que destruye, que tiene una pasión por la sangre, por la destrucción de los ideales en general.
Se integra a los moches Alonso y ahí se vive una desilusión y una destrucción de los ideales y por supuesto de la vida erótica que tenía con Judith. A lo que estoy jugando es que el erotismo en mi novela, esa historia de amor entre ricos y pobres representa algo más que la vieja fábula muy caricaturesca del amor, aquí el amor tiene que ver con la transgresión, tiene que ver con la lucha con una ley y una justicia falsas y movimientos de resistencia, que en su momento acompañan esa lucha, con una actividad erótica muy fuerte, pero cuando Alonso se presta a la corruptela, el amor se viene abajo, lo erótico se cae y ahí hay tragedias fuertes en la novela.
Los personajes secundarios son también muy interesantes ¿cómo fue su concepción?
La estrategia de escritura de esta novela fue realmente tomar hechos sociales, de noticias, pero también que yo vivía en determinados momentos, como bloqueos, como protestas, como la destrucción de los anarquistas en las calles, reclamos de las feministas, linchamientos, también todos esos eventos sociales yo los tomé casi como un reportero y los fui recreando ficcionalmente, de tal manera que les di un sentido que lo cerraba. Que les daba una lógica interna y que entonces la novela pretende recuperar la realidad social y complementarla con un trabajo ficcional que es reflexivo, que lleva al lector a espejearse en la novela y decir: sí, eso es lo que yo vivo a diario. Tiene un sentido de rabia, de indignación, un sentido de sed de justicia.
En México y en el resto del mundo aparentemente, algo que es una constante es la impunidad de aquellos que están en puestos de poder y eso se muestra también aquí.
También toda la construcción del personaje de Alonso siguió por el odio, este personaje que al principio parece que está defendiendo un sentido de justicia y que sigue un ideal poco a poco se va corrompiendo. Me lo han dicho varios lectores, al principio yo me identifiqué con Alonso porque es el personaje de barrio pobre que quiere justicia, que lucha, pero es el mismo que con la pasión por el poder, que además está permitida en un medio que no tiene consecuencias, un medio en el que uno puede hacer los peores atropellos y no hay consecuencias, Alonso se enamora de esa forma de imprimir una pasión por destruir, de imprimir una pasión por mocharlo todo. Él mismo se convierte en un personaje odioso al final, además a Judith la seduce pero también la manipula como se le antoja, al final Judith se da cuenta de eso y quiere alejarse pero él no lo permite, es un personaje que se atreve a todo en esa pasión destructiva.
Al terminar una obra, dejar los personajes ¿es sencillo o complicado?
No es nada fácil soltarlos, de hecho me acuerdo mucho de una idea que alguna vez expresó Umberto Eco, escritor de novelas y filosofía enorme y dice: a una novela nueva hay que llevarla de la mano y estar con ella como si fuera un niño por 2 años, porque no sabe caminar, no podemos desprendernos de ahí. Emocionalmente sus personajes son nuestros, dos años por lo menos tenemos que acompañar a una novela nueva y para mí es la misma experiencia. Yo todavía releo partes de Los Moches y me sigo enamorando de Judith, sigo muy consternado por lo que le pasa en esta historia y no puedo desprenderme de eso. Hasta con mis amigos o en mis clases de filosofía, que a veces son abstractas, saco una y otra vez las escenas de Los Moches porque me persiguen.
¿Te gustaría agregar algo más?
Que todo el sentido de la novela que habla del reflejo de nuestras realidades sociales pero sobre todo quiere ganar un reflejo de lector mismo en sus páginas, porque lo que busca es una transformación de nosotros mismos como moches, todos tenemos un poco de moche, todo tenemos un poco de violento, de discriminador, de destruyente y eso es con lo que lucha esta novela, que quisiera que el lector haga una reflexión fuerte de sí mismo y como Judith sufra una gran transformación.
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