La hora de la desaparición: el director de Bárbaro regresa con un misterio escalofriante
- DroideTV
- 6 ago
- 3 Min. de lectura
La recepción de la crítica para La hora de la desaparición ha sido bastante positiva, nombrándola como una gran sorpresa

Este fin de semana se estrena una de las cintas de terror más esperadas de la temporada: La hora de la desaparición, escrita y dirigida por Zach Cregger, quien nos dio una buena muestra de su talento en el género con Bárbaro. Ahora regresa con una premisa enigmática y un formato que te fuerza poner atención a cada pequeño detalle.
La historia se desarrolla en un pequeño pueblo en donde una noche cualquiera casi todos los alumnos de la misma clase desaparecen durante la madrugada, todo lo que se sabe es que salieron de sus casas a la misma hora y jamás se les volvió a ver. Sumidos en la desesperación, todo mundo busca respuestas, empezando por la profesora Justine (Julia Garner), padres de familia como Archer (Josh Brolin), el policía Paul (Alden Ehrenreich) entre otros que de un modo u otro se terminan involucrando con este misterio.
El elenco se complementa con Amy Madigan, Benedict Wong, Austin Abrams, Cary Christopher, Whitmer Thomas, entre otros. Una de las fortalezas de la cinta es que se toma su tiempo para mostrarnos la vida después de esta desaparición. No sólo se trata de un evento traumático que sirve como motivo para el terror, lo maneja como una verdadera tragedia y gracias a ello los actores pueden brillar en matices más cercanas al drama. Especialmente Garner, Christopher y Ehrenreich, tienen momentos que edifican la tensión en la historia. Por otro lado, la participación de Madigan es simplemente icónica en esta cinta.
La narrativa de la cinta tiene un cuidado extremadamente fino. Por una parte, nos presenta un formato poco común de ver en las cintas, donde los hechos se presentan desde distintas perspectivas, pero además aprovecha este formato para que cada una de las perspectivas vaya construyendo la carga dramática alrededor de los hechos, al mismo tiempo que cada uno proporciona información hasta llevarnos al acto final donde todos los cabos sueltos se atan entre sí. Así pues, es una cinta que juega con la complejidad de su formato, pero también con la de sus personajes y sus distintos claroscuros.
En la parte técnica, tenemos la fotografía de Larkin Seiple, el cual juega con las convenciones que estamos más acostumbrados a ver en cintas de drama o documentales y poco a poco los va llevando al terreno del terror, un poco al estilo del mockumental, de manera que sostiene un estilo coherente y versátil. Por su parte, Ryan y Hays Holladay junto a Cregger se encargan de la música, la cual no sólo tiene un toque retro, también sabe amplificar las emociones que maneja la historia.
En buena parte, hay ciertos motivos que recuerdan a las películas clásicas de los ochentas y noventas, pero al mismo tiempo aparecen elementos modernos que le brindan cierta anacronía a la cinta que le brinda un carácter distintivo. Asimismo, el terror viene de diversas fuentes, tanto situaciones bastante realistas que se acercan a los temores más modernos, pero también tiene su carga sobrenatural que podría tomarse como una metáfora para distintos temas, pero que si los tomamos desde la perspectiva de un niño, se vuelven especialmente terribles.
Existen ciertos momentos de humor que rompen con la tensión de forma casi abrupta, pero con tan buen timing que resulta imposible no considerar que fue intencional. Así pues, se trata de una cinta bien trabajada a nivel técnico y narrativo que resulta en una historia difícil de predecir que te va llevando por distintas sorpresas. Una buena opción para los que buscan una opción distinta en este género.

Comentarios