Una Batalla Tras Otra: DiCaprio y Benicio del Toro unen fuerza drama explosivo
- DroideTV
- 26 sept
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Paul Thomas Anderson regresa con una historia de revolucionarios y redadas en Una Batalla tras Otra

Esta semana se estrena Una Batalla tras Otra, la más reciente cinta de Paul Thomas Anderson (Licorice Pizza, Embriagado de Amor, Petróleo Sangriento) inspirada en la novela Vineland de Thomas Pynchon, considerada como una de sus obras más importantes, la cual gira en torno a los movimientos revolucionarios de los sesenta.
La cinta gira en torno a Bob (Leonardo DiCaprio) quien fuera un revolucionario y pareja de la legendaria Perfidia (Teyana Taylor) ahora convertido en padre soltero de una adolescente (Chase Infiniti). El dúo vive tratando de protegerse del pasado de su familia, pero no será suficiente para alejar al coronel Lockjaw (Sean Penn) quien usará todos los medios en su poder para eliminar los cabos sueltos de su propia historia.
El filme también cuenta con las actuaciones de Benicio del Toro, Regina Hall, Shayna McHayle, Alana Haim, entre otros. La cinta brilla en varios puntos técnicos, siendo las actuaciones uno de ellos. DiCaprio carga una buena parte del protagonismo en la cinta y ciertamente resulta divertido verlo en el papel de un hombre perdido y fuera de línea que tiene que arreglárselas como puede.
A su vez, Sean Penn hace una excelente contraparte, convirtiéndose en el perfecto adversario que encarna todo lo cuestionable de esta era. Por su parte, las participaciones de Taylor, Infiniti y del Toro aportan distintos matices a la cinta que hacen aún más completa la tensión dramática, especialmente en el caso de Taylor, interpretando a un personaje multidimensional y contradictorio, junto a Infiniti, quien debe de lidiar con las consecuencias de las acciones de su madre y donde la cinta alcanza su clímax.
El propio Paul Anderson, junto a Michael Bauman, trabajaron una fotografía donde destaca el uso de la iluminación y los claroscuros para llevarnos por ambientes clandestinos y escenas caóticas. También cabe destacar las tomas y los montajes con los que enlaza los destinos de los distintos personajes y, en ocasiones, también juega con nuestra percepción del momento.
Por su parte, Jonny Greenwood tomó la batuta de la música, donde juega con algunos motivos musicales que se van repitiendo a lo largo de la cinta en los momentos de mayor tensión, sin mencionar su trabajo brindándole un sonido y una identidad a la cinta que la situara en un momento histórico, pero que también refuerza el tono del filme.
El ritmo de la historia es ambivalente. El primer arco trata de ser lo más ágil posible y resumir el pasado de los protagonistas a modo de introducción, por lo que es el punto más ágil, donde los sucesos caen como balas de una metralleta. Una vez asentado ese punto, la cinta se toma su tiempo, de tal manera que la persecución desenfrenada atraviesa por distintos momentos que nos permiten explorar la identidad de cada uno de los protagonistas.
Así, más que una cinta de acción se vuelca más hacia un drama con una fuerte denuncia social que resuena con el ambiente político actual en Estados Unidos. Esta es una cinta que se centra más en las personas detrás de los movimientos y sus distintos motivos, más allá de la batalla extravagante. En buena medida en un retrato que va de lo social a lo íntimo.
Nuevamente, el apartado técnico de la cinta es brillante, tiene escenas bien ejecutadas que te mantienen pendiente de lo que pasará o que se aprovechan de los recursos visuales para entretejer las tensiones invisibles entre los personajes. Si buscas una cinta que se vuelca hacia lo social con un toque de humor particular que explora el arraigo y la identidad, esta es una excelente opción.

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