En Un Dolor Real Kieran Culkin y Eisenberg tienen una dinámica increíble en pantalla como primos.

Esta semana se estrena Un Dolor Real la tercera película en la que Jesse Eisenberg toma las riendas como director y guionista (posterior a su trabajo en Cuando Termines de Salvar al Mundo) la cual se ha abierto el paso hasta las nominaciones al Oscar por Guión Original y Mejor Actor de Reparto.
La cinta nos muestra a los primos Benji (Kieran Culkin) y David Kaplan (Jesse Eisenberg) quienes se reencuetran para hacer un emotivo tour por Polonia guiado por James, un amante de la historia (Will Shape) acompañados por un varipinto grupo de personas. Los chicos buscan honrar a su fallecida abuela y reconectar con sus raíces, pero abrirse a esta experiencia también abrirá algunas heridas del pasado que harán de este un viaje memorable en los sentidos menos esperados.
En primer lugar, la dirección es delicada, encontrando su poder en lo aparentemente sutil y cotidiano al estilo de Lost in Translation, es justo esa tranquilidad la que se convierte en el ambiente perfecto para que surjan las conversaciones incómodas y las situaciones no resueltas.
La fotografía de Michal Dymek tiene un balance entre lo pristino y el asombro del turista con lo ordinario, el peso de algo que busca sentirse sumamente realista y humano. Esto se suma al montaje de Eisenberg, el ambiente que le imprime y el ritmo que va adquiriendo la cinta. En lo personal, disfruté este último aspecto: la cinta es breve, pero aprovecha cada minuto para construir el ambiente que busca y dirigirnos a ciertas emociones con el final.
Los personajes también están construidos con precisión, si bien el mayor peso de la cinta está entre los primos, cada uno de los personajes secundarios tiene características e intervenciones que los hacen fáciles de recordar y le da la pauta al guion para crear humor situacional o momentos dulces que se acercan a lo melancólico. Sin duda son personas que tranquilamente encontrarías en un tour histórico.
Eisenberg y Kieran tienen una sinergia especial en cámara, como opuestos que se extrañan y se buscan, pero el tiempo y las decisiones que tomaron les pasan factura. Culkin sabe manejar matices tan finos que va de los momentos más hilarantes hasta esas crisis silenciosas que te obligan a mirar con atención.
En suma, la película maneja una dualidad ingeniosa que te brindará momentos graciosos que te sacarán una sonrisa, pero también hay un drama construido en los gestos y los detalles que dejan cierto sabor de melancolía. Una propuesta que sabe manejar muy bien el tiempo para contarte todo lo que necesita y dejar su impacto en l espectador.

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